Cuatro ladrones disfrazados de soldados, con uniformes de fajina y pasamontañas, irrumpieron en el predio militar de Campo de Mayo y, tras reducir a efectivos del Ejército que estaban de guardia, se llevaron tres Fusiles Automáticos Livianos (FAL) y nueve cargadores con 180 municiones.
Investigadores sospechan que el arsenal se dirige al mercado negro, para uso de bandas pesadas dedicadas a asaltos de blindados o bancos.
El hecho ocurrió ayer alrededor de las 23.40, cuando los delincuentes ingresaron al predio castrense y sorprendieron a dos soldados y dos suboficiales del puesto de guardia "Banco de Sangre", situado a pocos metros del Hospital Militar.
Los investigadores del caso informaron a DyN que trataban de determinar si hubo un "entregador", al tiempo que realizaron rastrillajes para tratar de dar con la banda.
Asimismo, sospechan que el único objetivo del hecho habría sido alzarse con armas de alto poder de fuego para, presuntamente, utilizarlas para cometer un "golpe más grande", tal como ocurrió en junio de 2007, cuando del mismo predio asaltado y robaron varios fusiles que luego fueron encontrados en poder de una banda de ladrones de blindados que fue desarticulada.
En este caso, los ladrones eran cuatro jóvenes armados, vestidos con ropas militares y con sus rostros cubiertos por pasamontañas.
Según informó el Ejército en un comunicado, "los asaltantes, que estaban con la cara cubierta y vestidos con ropa verde oscura similar a la vestimenta militar, tomaron por sorpresa a un soldado voluntario que se encontraba de guardia y, simultáneamente, abordaron al puesto reduciendo al personal que permanecía en el mismo, apuntándoles con armas de puño".
Se trata de dos sargentos y dos soldados, indicaron fuentes de la investigación.
El Ejército indicó que, tras reducir al personal militar, los ladrones robaron "tres fusiles FAL calibre 7,62 milímetros y nueve cargadores con su munición correspondiente (180 cartuchos en total)".
Luego "rompieron la radio y les quitaron los celulares personales, imposibilitando la comunicación con el resto del sistema de seguridad", precisó la fuerza castrense.
Los delincuentes huyeron con el armamento aprovechando la facilidades de acceso de la zona del predio ubicado sobre la ruta 8.
El soldado que fue tomado por sorpresa fue golpeado pero sin mayores consecuencias para su salud física, se informó.
La causa recayó en el Juzgado Federal 1 del partido de San Martín, a cargo de Alfredo Bustos, y la investigación la realizará la Gendarmería Nacional.
Asimismo, el Ejército llevará a cabo las actuaciones administrativas correspondientes, se destacó en el comunicado oficial.
La guarnición militar había sufrido un episodio similar el 9 de junio de 2007, cuando tres ladrones se alzaron con cinco fusiles FAL del Puesto 4 de vigilancia de Campo de Mayo, tras reducir a los soldados que estaban de guardia.
En esa oportunidad los asaltantes se movilizaban en un auto Volkswagen Pointer que habían robado en el partido bonaerense de San Martín y llevaban encerrado en el baúl a su conductor, que después abandonaron ileso en Hurlingham. Las armas fueron finalmente recuperadas el 26 de junio de ese año.