VIEDMA (AV)- Nueve familias evacuadas y varias autoevacuadas, destrucción de casillas, caída de árboles, voladura de techos y la avenida Costanera inundada. Ese fue el saldo, ayer, del temporal de viento y lluvia. Las ráfagas alcanzaron los 128 kilómetros por hora y las mayores consecuencias recayeron sobre familias humildes de la zona periférica de la capital.
La ciudad amaneció con una imagen de desolación, con gran cantidad de árboles y postes de electricidad caídos. La toma denominada "30 de Marzo" fue el sector más perjudicado ya que el agua ingreso a las precarias viviendas, alguna de las cuales quedaron en el piso. En el barrio "Loteo Silva" se vieron complicaciones similares. El impacto fue tremendo. "Se nos mojó toda la ropa porque entró agua por todos lados", comentaron los vecinos a la espera de una ayuda del municipio en el edificio de la Junta Vecinal del barrio Mi Bandera.
Los que pudieron reingresar al lugar trataron de salvar algunas pertenencias y de reparar las casillas para aguantar una noche más. "Yo comencé a levantar una pieza con mucho esfuerzo y hasta nos quedamos sin comer con mi familia para comprar cemento, y ahora nos encontramos con esto", explicó Martín Corvelli.
En ese barrio, unos 80 chicos tuvieron que dejar sus hogares para ser trasladados transitoriamente a un salón del barrio Sargento Cabral, a la espera de que las aguas bajen. Los miembros de la Junta Vecinal iniciaron una campaña de recolección de ropa para atender las necesidades mínimas de los que perdieron todo.
El municipio anunció que los grupos familiares evacuados cuentan con colchones, frazadas y asistencia alimentaria para sobrellevar el trance; aunque no faltaron algunas críticas desde organizaciones sociales hacia la tardanza en que supuestamente habrían incurrido algunas cuadrillas en el salvataje. También intervinieron en el operativo de rescate personal de las áreas de Acción Social y Obras Públicas de la comuna.
En el complejo en propiedad horizontal Ina Lauquen, un par de familias que viven en el último piso de la calle Casimiro debieron buscar refugio en casas linderas ante la pérdida de los techos.
La emergencia también afectó a la avenida Costanera. La sudestada provocó un crecimiento inusitado del río Negro, que llegó casi al límite del paredón y el talud de contención. El agua comenzó a salir por las bocas de tormenta, inundando un tramo de las calles Saavedra y Belgrano. El gimnasio del club Villa Congreso estuvo a punto de inundarse, al igual que varios restaurantes.
Por otra parte, hubo cortes de cables por caída de árboles.
