El seleccionado argentino masculino de voleibol, con el cansancio de 22 horas de viaje, se instaló ayer en la calurosa Belgrado con vistas a su participación en la segunda fase de la Liga Mundial, a la que accedió por primera vez en la historia por méritos deportivos.
El plantel llegó a la capital serbia visiblemente cansado por el prolongado traslado, que incluyó una escala en Roma de casi seis horas. Se hospedaron en el Hotel Continental, ubicado a seis kilómetros del aeropuerto Nicola Tesla, en las afueras de la ciudad.
El armador Nicolás Uriarte y el receptor punta Facundo Conte arribaron unas horas más tarde, vía París, debido a su afectación al seleccionado juvenil que se prepara para el Mundial, que se desarrollará en la India entre el viernes 31 de este mes y el 9 de agosto.
El grueso de la delegación estuvo compuesto por Luciano De Cecco (armador); Gustavo Scholtis y Lucas Chávez (opuestos); Guillermo García, Rodrigo Quiroga, Lucas Ocampo y Javier Filardi (receptores punta); Alejandro Spajic, Gabriel Arroyo y Gustavo Porporatto (centrales) y Pablo Meana y Alexis González (líberos).
Un clima de 30 grados, con cielo completamente despejado, sorprendió al contingente argentino en Belgrado, que comparte alojamiento con Brasil (rival del viernes), Rusia y Estados Unidos.
En consecuencia, el director técnico Javier Weber apenas ordenó tareas de elongación y una sesión de spa, tras una merienda liviana en el hotel.
Los entrenamientos comenzarán hoy, cuando el equipo trabajará con sus 14 integrantes en el estadio Grandska Arena, de cara a su debut ante Cuba mañana a las 12:30 (hora argentina), por la zona F.