Desde tiempos inmemoriales, y desde distintos enfoques políticos, sociales y económicos, se ha presentado reiteradamente en la provincia de Río Negro la alternativa "salvadora" destinada a preservar y atender la salud de sus habitantes a partir de la implementación del renombrado "Seguro de salud". Una alternativa posible de ser instrumentada con resultados positivos para los destinatarios de todos los sectores involucrados pero que, en lo que hace a mi conocimiento puntual, nunca pasó de ser una expresión de deseo coyuntural en tiempos de política intensiva o, en su caso, un listado prolijamente ordenado (a partir de algún asesoramiento profesional específico) con grandes títulos y la seudoaspiración de incorporar la problemática al debate de la sociedad, formando parte de los "objetivos" a alcanzar con la implementación de esta herramienta.
Lo cierto es que, a la fecha, nada de lo expresado (en reiteradas oportunidades como ya señalé) con el carácter mencionado tuvo un tratamiento serio, adecuado a la difícil circunstancia por la que transita el sector salud a nivel provincial (fundamentalmente salud pública pero cada vez más cercana a la privada) y tendiente a resolver eficientemente el problema para los habitantes de la provincia que así lo requieran.
Tampoco se analizaron seriamente estos temas en forma conjunta con la búsqueda de soluciones a los actuales problemas crecientes de los restantes sectores vinculados, entre los cuales se encuentran, por ejemplo, los prestadores tanto estatal y su correlato privado en todas sus variantes, en lo relacionado con los capitales de riesgo como con los que aportan su trabajo.
Todos estos espacios se encuentran cada vez más complejizados en su funcionamiento y progresivamente con menos herramientas disponibles para alcanzar su cometido, aunque se aspire a esto último exteriorizado en su más ínfima expresión de satisfacción para el paciente o prepaciente (este último en cuanto a políticas de prevención).
Pareciera ser entonces que, como consecuencia de la inacción, estamos arribando obligatoriamente a un escenario que plantea la necesidad urgente de comenzar a delinear, desde cualquier denominación que se desee, una herramienta operativa que, con la participación de todos los sectores involucrados y la coordinación e iniciativa impulsora del gobierno provincial, tienda a resolver la problemática actual de la salud en la provincia y obviamente detener el gradual y sostenido deterioro en el que el sector se desenvuelve hoy.
Esta iniciativa entiendo debiera nacer desde algún área de planificación del Estado, por ser el que tiene la responsabilidad primaria del buen funcionamiento del sector, pero en modo alguno exterioriza esta obligación como excluyente y, por lo tanto, cualquiera de los actores podría tomar la iniciativa a idénticos fines, aunque sabiendo que en definitiva el gobierno provincial deberá ser el árbitro final en cuanto a la decisión de adoptarla, como consecuencia de su legitimidad excluyente derivada de la voluntad popular.
Esta iniciativa debe tender primariamente y como mínimo a:
a) convocar a todos los sectores que tienen invertidos, con carácter permanente en la salud rionegrina, capitales de riesgo de diversa naturaleza (prestadores públicos y privados, afiliados a obras sociales estatales o privadas que así lo acepten, financiadores públicos y privados del sistema, trabajadores del sector a través de sus organizaciones sindicales, etc.)
b) convocar a la discusión a todos los sectores políticos que actúan en el ámbito provincial a los efectos de generar un compromiso de continuidad del proyecto, cualquiera que sea el resultado electoral que decida quien gobierna a los rionegrinos en un período posterior al de su implementación, y
c) convocar adicionalmente a los gobiernos municipales para impulsar la participación de cada una de las comunidades en el diseño final del proyecto conjunto y emprender, a partir de esta amplísima convocatoria, la creación de un sistema prestacional básico público-privado que a partir de una eficiente y racional administración de la sumatoria de la totalidad de los recursos disponibles afectados al sector posibilite la creación y funcionamiento correcto de un sistema de prestaciones que atienda a los requerimientos mínimos imprescindibles de necesidades actuales de la población y que a su vez genere un fondo complementario de atención de prestaciones especiales de acuerdo con la determinación política de las mismas a partir de un consejo técnico asesor ad-hoc.
Una acción de estas características (esbozada en lo precedente de modo extremadamente simplificado) detendría el nefasto accionar del escenario de puja permanente que se lleva adelante entre los diversos actores que representan a los sectores público y privado por apropiarse de los siempre escasos recursos disponibles para el sector, a la vez que detendría el también progresivo deterioro de las prestaciones, tanto preventivas como curativas, que ambos sectores prestacionales brindan a la población demandante, constituida cada vez más por una cantidad cercana a la integralidad de la población provincial.
Democracia social
Por otro lado, un sistema integral diseñado a partir de un consenso de las características del esbozado permitiría expresar la vocación máxima de los principios de la democracia social por parte de todos los integrantes de la sociedad, aun en el caso de que no exista unanimidad en la toma de decisiones para la implementación concreta.
También una cierta vocación a la aceptación inicial de un modelo de este tipo con el compromiso de modificar acciones como resultado de las experiencias que se vayan sucediendo y los cambios de escenario que la realidad proponga, serán garantía de un mejor producto final a proveer a quien lo necesita, con los mismos recursos que hoy se destinan a tal fin y con una programación adicional de las emergencias evaluadas con criterios de racionalidad y optimización de los recursos tanto desde el punto de vista financiero como el social.
Por último, cabe mencionar que, de existir vocación para el desarrollo de programas de gobierno en estos marcos conceptuales, la alternativa no es sólo válida para el área de la salud sino que con ligeras variantes puede aplicarse integralmente a la problemática de otros sectores, tales como los vinculados con la educación, la seguridad, la Justicia, etcétera.
OSCAR CARBALLO (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Contador. Ex secretario de Hacienda de Roca.