TEL AVIV.- Los planes de edificación israelíes en Jerusalén Este han abierto de nuevo la polémica con Estados Unidos sobre la completa paralización de los asentamientos y levantaron ayer nuevas protestas de las autoridades palestinas.
La polémica gira en torno al permiso que el multimillonario norteamericano judío Irwin Moskowitz, defensor de la ocupación israelí en territorios palestinos, obtuvo hace un mes en la municipalidad de Jerusalén para construir un hotel en el barrio de Jerusalén Este de Shij Yaraj.
Según reveló la prensa local ayer por la mañana, el embajador israelí en Estados Unidos, Michael Oren, fue convocado por el Departamento de Estado de Estados Unidos a una reunión aclaratoria en la que Washington exigió detener de inmediato la construcción del edificio. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reaccionó de inmediato negándose a paralizar la construcción. "No podemos aceptar la idea de que los judíos no tengan el desrecho de vivir y de comprar (propiedades) en cualquier zona de Jerusalén", dijo desde esa ciudad. "Nuestra soberanía no puede ser desafiada y eso significa que los residentes de Jerusalén pueden comprar apartamentos en toda la ciudad", añadió.
Desde Ramallah, el jefe negociador palestino Saeb Erekat condenó las palabras de Netanyahu y afirmó que no son más que la prueba de que su gobierno "está retando a la comunidad internacional". "Netanyahu insite en rechazar las negociaciones sobre Jerusalén, la sigue considerando la capital del Estado judío y rechaza las negociaciones sobre los refugiados, igual que se niega a paralizar los asentamientos y a negociar en torno a las fronteras", dijo Erekat a la prensa.
Israel se niega a paralizar la construcción alegando que se trata de un proyecto privado en el que el estadounidense Irwin Moskowitz pretende levantar 20 apartamentos y un parking subterráneo de tres plantas. Mientras los palestinos consideran Jerusalén Este como la capital de su futuro Estado soberano, Israel insiste en que toda la ciudad, tomada en la guerra de 1967 y anexada al Estado de Israel poco más tarde, es su "capital indivisible".
Desde Estados Unidos se comparte la visión de que Jerusalén Este es un territorio ocupado palestino y se ha exigido a Israel que paralice por completo la actividad de construcción de asentamientos en la zona, al igual que en el resto de Cisjordania.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, pidió a Washington su intervención para detener las obras, informó ayer la prensa local israelí. Saeb Erekat volvió a llamar hoy a la Administración de Barack Obama a "agilizar la puesta en marcha de los compromisos alcanzados por todas las partes sobre la paralización de los asentamientos, incluido el crecimiento natural" y afirmó que la postura de la Israel se basa en el "imperativo, no en la negociación". (DPA)