El primer poemario de Alfredo Jaramillo se define desde el título como una experiencia intensa. Escribir y participar o participar y escribir. Sin esquemas. Se trata de una práctica militante en las guerras del sentido del fin del siglo XX. Caótica por momentos, pero profundamente consciente.“Grunge” surge en 2008 como la compilación de una serie de poemas publicados en el blog personal de Jaramillo: polvoraychimangos (www.polvoraychimangos.blogspot.com). Parafraseando el dicho popular, lo que empezó como un libro de viaje al viejo continente, mutó rápidamente en la libreta desordenada de un escritor; por momentos se acercó a la crítica literaria, la prosa libre, dio lugar al delirio y muchas veces enmudeció a varios visitantes con párrafos llenos de periodismo duro. De profesión periodista, docente universitario y con carrera en investigación social, el autor pone en evidencia en cada verso su sensibilidad y rigurosidad para construir los universos que recorren sus personajes. Espacios llenos de tensiones y desigualdades, con geografías que van desde las grandes ciudades hasta el árido de la barda neuquina.Si bien se publica en la década del 2000, la poesía de “Grunge” se refiere constantemente a los noventa. Los noventa como un tiempo caótico y de profundos cambios, de MTV y NBA, de cultura importada y adaptada a la intemperie del norte de la Patagonia. Alguien le dijo a Jaramillo una vez que Neuquén era la Seattle argentina y esto parece que define la experiencia de Grunge. La ciudad para crear, para vivir y experimentar. Publicado por la que se dice la segunda editorial más chica de Latinoamérica, Editorial Funesiana de Lucas Oliveira, “Grunge” se escribe en dos apartados y cuenta con 14 poemas impresos en 63 páginas. Agotada la primera edición de 40 ejemplares cosidos a mano, se encuentra en imprenta la segunda edición del poemario. |