MANAGUA (AFP).- El gobernante Frente Sandinista de Nicaragua celebra hoy el aniversario número 30 de la revolución armada que lo llevó al poder por primera vez en 1979 con sus filas divididas entre el júbilo y el desencanto con sus dirigentes y la indiferencia de buena parte de la población.

"De la revolución que encabezamos en 1979 creo que ya no quedan muchas cosas. Los valores del sandinismo que hoy está en el poder son opuestos a la mística por la que murieron nuestros héroes y mártires", comentó a AFP Jonathan Antonio, un veterano sandinista que se gana la vida trabajando en las calles de Managua.

"El individualismo, el egoísmo y las cuotas de poder" dominan al gobierno de Daniel Ortega, en su segundo retorno al gobierno en 2007, lamentó este hombre que integró las filas de la ex guerrilla sandinista en 1972 y formó parte del Frente insurreccional que operó en Managua en 1979.

Jonathan dice que tomó distancia hace unos años del sandinismo porque siente que ya no hay mística y que para ascender en sus filas hay que tener dinero, en alusión al aporte monetario que deben pagar los militantes que desean ser nominados a un cargo de elección.

El FSLN nació en 1961 bajo inspiración de la revolución cubana, que logró tras una prolongada lucha armada y clandestina movilizar a todo el pueblo para derrocar un 19 de julio de 1979 al régimen dinástico de Anastasio Somoza, que impuso por casi medio siglo una dictadura militar.

La hazaña dio paso a una revolución de corte socialista que dirigió Ortega junto a ocho ex comandantes guerrilleros durante una década, en medio de una guerra con la contrarrevolución que financió Washington y que dejó cerca de 50.000 muertos de ambos lados, sinsabores para unos y satisfacción para otros. Hoy, del otro lado de la acera sandinista, la población se muestra apática a los festejos de la revolución que les "trae malos recuerdos" de reclutamientos forzosos de jóvenes para llevarlos a la guerra.

El presidente Daniel Ortega regresó al poder en noviembre del 2006 con los votos del 38% de los nicaragüenses.