CATRIEL (ACA).- La policía de Catriel secuestró más de tres kilos de marihuana, 220 gramos de cocaína y unos 9.000 pesos en efectivo. Fue en un operativo derivado de un previo trabajo de investigación. En el mismo procedimiento secuestraron un auto y detuvieron a un hombre de 27 años que trabaja como remisero. La causa está en el juzgado federal a cargo de la jueza María del Carmen García.
El operativo se hizo con la mayor cautela posible. Recién se supo que se había realizado un operativo con resultados positivos a la medianoche del viernes. Es que la convulsión social por el corte de accesos por desocupados y la marcha de empleados de la cooperativa telefónica Cotecal reclamando la reincorporación de un compañero despedido habían concentrado la atención de la gente, pasando inadvertido el operativo policial.
La policía venía realizando un seguimiento desde tiempo antes. Los datos obtenidos hacían presumir que el ahora detenido podría tener relación con la venta de estupefacientes. Ayer, en un operativo que se inició a las 18 y que terminó poco después de la medianoche se logró sorprenderlo en el lugar en el que guardaba la droga, en un pozo en las afueras de la ciudad.
La policía comenzó a seguirlo. El sospechoso se movilizaba en su auto -un Chrysler Neón rojo- hacia las afueras de la ciudad por un camino secundario, de tierra, que conduce a la ruta 151.
A mitad de recorrido, el auto que vigilaban dobló por una picada hacia un pozo de petróleo abandonado y allí se detuvo. En dirección al norte, a unos 50 metros, había un pozo prolijamente cavado, con una tapa de madera camuflada con ramas. Allí se guardaban los estupefacientes, los que el sospechoso al parecer iba retirando de a poco, presuntamente para su venta.
La policía esperó que llegara al lugar y cargara paquetes en su auto. Cuando lo abordaron, el hombre tenía tres "tizas" de cocaína en el asiento y argumentó que eran para su consumo personal, pero cuando requisaron el auto encontraron bajo el asiento medio "ladrillo" de marihuana.
A partir de allí, el personal especializado de la policía se ocupó de los "narcotest" a las sustancias secuestradas en el pozo, concluyendo que se trataba de clorhidrato de cocaína de alta pureza, además de tres ladrillos de marihuana que totalizaban 3,4 kilos y 222 gramos de cocaína.
