ROTTERDAM (DPA).- Estar enfermo de cáncer. Ése ha sido el "error" cometido por el ciudadano holandés Gerard van der Steenhoven, a quien una de las mayores entidades bancarias del mundo, la holandesa ABN Amro, con presencia en los cinco continentes, acaba de denegar un crédito por "incompatibilidad".
La historia de Van der Steenhoven, de 56 años, acaba de saltar a la palestra de la prensa holandesa dado que roza lo inconcebible en un país que hace gala de sus dotes de tolerancia y apertura en todas las facetas de su sociedad, desde las leyes sobre eutanasia hasta su "flexible" política con las drogas blandas o la prostitución reglamentada.
Todo comienza en la ciudad de Dordrecht, a unos 50 kilómetros al sureste de Rotterdam. Gerard van der Steenhoven regenta desde hace tres décadas su empresa inmobiliaria hasta que, en el 2007, le diagnostican un cáncer en fase inicial. "Pocas semanas después de que me diagnosticaran (el cáncer), el ABN Amro me cerró el grifo del crédito, sin darme más explicaciones", asegura Van der Steenhoven a un periódico de Rotterdam.
A pesar de haber superado la enfermedad, gracias a un tratamiento de quimioterapia y radioterapia, el banco que fielmente le había facilitado crédito decidió "suspenderlo sin fecha".
"No me ha quedado más remedio que presentar suspensión de pagos", cuenta con angustia. Su empresa, dedicada a la venta de inmuebles en la apacible calle Pascal del centro de Dordrecht, "funcionaba bien" a pesar de la crisis económica que también azota a los Países Bajos.
Estuvo enfermo todo el 2007 y se dio de baja, así que "casi no tuve ingresos. El banco, hasta esa fecha, me había concedido créditos de 40.000 y 20.000 euros, pero desde que les dije que tenía cáncer todo cambió", asegura.
Desde el ABN Amro se defienden. El portavoz de la entidad, Jeroen van Maarschalkerweerd, afirma que "la enfermedad de un cliente no es un elemento a considerar a la hora de conceder o retirar un préstamo".
"Incluso si el cliente es mayor, la edad tampoco es algo determinante. Sólo nos fijamos en los números, en los balances de una empresa y en el estado de las cuentas corrientes", subraya.
No obstante, a pesar de la aclaración del portavoz, parece que -a tenor de los hechos- para la entidad holandesa existe una contradicción entre su política filántropa, por ejemplo patrocinando un costoso equipo ciclista, además de otros varios deportes, y el tratamiento de una "situación humana" específica.
En definitiva, la explicación es -para el banco- "de pura lógica", pero suena casi a una ecuación matemática o un silogismo de perogrullo. "Dado que Gerard van der Steenhoven estaba enfermo, no podía rendir lo suficiente. Su bajo rendimiento provocó una caída brusca de los beneficios de su empresa y por ello -y basándonos puramente en los números- tuvimos que denegarle el crédito", afirma el portavoz.
Para el afectado, la situación es bien distinta: "El razonamiento del banco es puramente técnico. Creo que sólo somos números en manos de los capitalistas", afirma. Van der Steenhoven ha anunciado ya que presentará una demanda ante el defensor del Pueblo holandés y piensa llegar hasta la sede del gobierno en La Haya para hacer oír sus derechos.