Sábado 18 de Julio de 2009 > Regionales
Hace 50 años se gestaba el balneario de Las Grutas
José Kanje cuenta cómo nació uno de los dos principales destinos turísticos de la provincia de Río Negro.

San Antonio celebraba su aniversario número 59 con dificultades. El intendente no tenía recursos suficientes para afrontar sus gastos. Un mes tras otro, el efectivo llegaba con demoras, hasta que en un momento la situación fue tan tensa que acudieron al ministro de Economía de Río Negro, Francisco "Pancho" Muñoz, vecino de San Antonio.

El único pueblo marítimo de la provincia de Río Negro se había creado oficialmente en julio de 1910, aun cuando era una realidad para esa fecha. En 1899 el faro ya emitía señales a los navegantes que atracaban en el golfo. En 1901 abría la primera casa de comercio y en 1905 se colocaban, un poco más al oeste, los cimientos del actual emplazamiento. En 1908, el mismo año que la Dirección General de Tierras y Colonias había encargado el trazado del pueblo, se instaló Casa Lahusen y Cía., principal exportadora de lana del sur argentino, y el ferrocarril hizo punta allí para iniciar el tendido de vías hacia la cordillera.

En coincidencia con la fecha oficial de su fundación (1910) se construyó el muelle principal, Punta Verde, y el pueblo tuvo un despegue extraordinario. Fue entonces una de las principales localidades del Territorio de Río Negro. Lamentablemente, ese desarrollo se frenó por varios motivos: la crisis del precio de la lana de 1930, situación que se acentuó con el cierre de las exportaciones por ese puerto en 1936. En consecuencia, en 1957 Lahusen desmanteló sus instalaciones y San Antonio cerró una etapa. Si bien comenzó a ser un punto de explotación pesquera, el cambio en las actividades se dio lenta y caóticamente.

En 1960, el pueblo tenía 5.278 habitantes y el hecho de que Río Negro modificara su estatus para transformarse en provincia demandó algún tiempo para reordenar el nuevo Estado. El primer gobernador de Río Negro, elegido por sus comprovincianos fue Edgardo Castello, quien asumió en 1958. Ese mismo año, le encargó a una empresa francesa el estudio de factibilidad para la construcción de un puerto de aguas profundas en el golfo de San Matías. En su gestión estableció que el puerto rionegrino fuera una prioridad. Las obras, al igual que aquellas que dieron solución definitiva a la falta de agua -en el marco de inestabilidad política del país- tardaron años en llegar y la localidad no encontraba su norte, en términos de desarrollo sustentable.

Así, en 1959, una de las crisis que atravesó el municipio fue resuelta por quien se encontraba al frente del Ministerio de Economía de la provincia, el intendente y un grupo de vecinos. Varios de esos protagonistas viven y hoy cuentan al Rural cómo hace 50 años comenzaron a gestar el nacimiento del balneario de "Las Grutas".

Desde que se tienen registros de este lugar, hay descripciones de sus fabulosas playas. Algunos creen que éstas fueron el secreto mejor guardado por los lugareños. Los primeros años del siglo XX, pocas familias llegaban al lugar; un puñado de pescadores, casi todos italianos del Alto Valle, hizo correr las primeras voces.

"Las Grutas, su entorno, sus playas, desde siempre fueron visitadas por los lugareños. Las excursiones domingueras en verano eran habituales. Recuerdo haber visto fotografías de principios de siglo", cuenta José Kanje (ver nota Rural 9/7/2005).

"Turistas del sur y pobladores de zonas vecinas eran asiduos concurrentes. Atraídos por una característica muy peculiar: la temperatura del agua que, junto a la sombra de sus acantilados, tallados por el mar en donde quedaron sus huellas en forma de enormes cuevas, hacían de esta playa única en la Argentina".

Otra peculiaridad es la oscilación de las mareas en este sitio de la Patagonia. La pleamar y la bajamar son tan pronunciadas que es posible ver, en pocas horas, una transformación total del paisaje. Durante la primera, las aguas tapan completamente la playa y durante la segunda queda una extensa playa de arena completamente limpia o con ofrendas que deja el mar, como pulpos, estrellas de mar, caracoles y algas.

"En la historia que puedo relatar anoto como dato de interés que a fines de 1959, Celso R. Bresciano, a cargo de la intendencia de San Antonio, viajaba continuamente a la ciudad de Viedma a realizar trámites inherentes a su función; algunas veces lo acompañaba Fidencio "Bencho" Leal y otras veces yo. Su necesidad más preocupante era hacer efectivo los sueldos de los empleados municipales, que se pagaban con mucho retraso. En un momento esta situación estalló. "Entonces, estaba Francisco Muñoz (ver nota Rural 9. 2007) de ministro de Economía. Él, quien aún vive, era de acá, gran amigo nuestro y supongo que, en ese tiempo, paño de lágrimas de nuestro intendente que había acudido en su ayuda. Cuando todo se complicó partimos con Bresciano a Viedma. Pancho le dijo a Bresciano: ´Rubén, creo que he encontrado la manera de conseguir los fondos que necesita para pagar parte de los sueldos. Existe un saldo favorable en una cuenta de la Dirección de Turismo; pero ocurre que lo que viene de Buenos Aires a esta provincia para turismo debe ir a Bariloche indefectiblemente, pues es un destino turístico ya creado. Pero esta situación puede modificarse si originamos otro. La podemos salvar creando una delegación de turismo en San Antonio Oeste, para que de ese modo lleguen los fondos, pues ése es su exclusivo destino. Una vez formada podemos extraer una pequeña partida para comenzar a funcionar como tal y tener liquidez...".

De más está decir que en 1960 eran pocas las provincias que tenían zonas con destino turístico. Río Negro, desde esa fecha, iba a tener dos: Bariloche y Las Grutas.

"Los primeros turistas fueron los lugareños; luego vino mucha gente de Bariloche que venía por prescripción médica o porque le encantaba el lugar. Después se sumaron los vecinos de Valle Medio, Alto Valle del Río Negro y Neuquén.

Así fue que, inmediatamente, algunos vecinos dieron vida a un balneario que con el correr de los años se convirtió en una de las playas más codiciadas de la Patagonia. Durante la mitad de 1959, la Comisión Honoraria Balneario Las Grutas se reunió para dar forma legal a esta creación. El 30 de enero de 1960 se firmó el Acta 1, en la cual José Kanje, Fidencio Leal (h), Orlando Vega, Miguel Santolíquido, Juan J. Leal, Leopoldo Cabaleiro Méndez, Julio Guido, Egberto S. Vichic y Celso Rubén Bresciano crearon la Comisión Vecinal de Promoción del Balneario Las Grutas, que entonces inició su gran despegue.

 

Susana Yappert

sy@fruticulturasur.com

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