Sábado 18 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 25 > Internacionales
El terror vuelve a las calles de Indonesia

YAKARTA.- Jirones de alfombras cuelgan de los enormes agujeros abiertos en la destruida fachada del lujoso hotel Ritz Carlton en Yakarta. Cortinas blancas ondean al viento, mientras las tuberías arrancadas y deformadas quedan grotescamente al descubierto en las paredes del hotel: son los signos mudos de una devastadora explosión.

Nueve personas murieron tras la detonación de artefactos explosivos en los cercanos hoteles Ritz Carlton y Marriott. Los terroristas no sólo lograron destruir la fachada del hotel, sino también la sensación de seguridad que el país había recuperado en los últimos cuatro años con mucho esfuerzo, una rigurosa lucha contra los extremistas y duros controles. Desde octubre de 2005 no había habido atentados.

Lo que ocurrió el jueves en Yakarta les resulta dolorosamente familiar a los indonesios: en 2002 la explosión dos bombas en la isla vacacional de Bali dejó 202 muertos. Un año después los terroristas detonaron ante el mismo hotel Marriott en Yakarta un enorme coche bomba, dejando 12 muertos.

En 2005 había tenido lugar el último atentado, otra vez en Bali, con 23 muertos. La organización terrorista Jemaah Islamiyah (JI), fundada en el país, asumió la autoría de los ataques.

El gobierno actuó con dureza. La unidad antiterrorista Detachment 88 (Destacamento 88) se convirtió en una de las más exitosas del mundo. "Desde las bombas de Bali de 2002, Indonesia juzgó a más terroristas que ningún otro país", escribió el investigador australiano experto en Asia Greg Fealy. Unos 400 miembros del JI fueron detenidos y tres autores intelectuales de las bombas de Bali fueron ejecutados en noviembre de 2008.

"Pero mientras Noordin Mohamed Top siga libre, habrá que contar con atentados", afirmaba Leonard Sebastien, experto en Indonesia de la Universidad de Nanyang en Singapur, en la televisión. Top es el fabricante de bombas del JI y el terrorista más buscado de Asia. "La lección está clara: no se puede bajar la guardia", afirma Sebastien.

Según informaciones no oficiales, los atacantes del Marriott podrían haberse hecho pasar por huéspedes. (DPA)

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