Un ex policía fue condenado ayer a la pena de prisión perpetua por haber ejecutado de un balazo en la cabeza a un adolescente que accidentalmente había activado la alarma de un auto.
El recordado caso de "gatillo fácil" ocurrió en el 2006 en la localidad bonaerense de La Tablada, cuando el chico que caminaba por la calle junto con un grupo de amigos pateó una botella y activó el dispositivo de seguridad de un auto.
El Tribunal Oral en lo Criminal 4 de La Matanza condenó por el hecho al ex policía Mariano Arn, a quien consideró autor del homicidio calificado de Miguel "Piki" Cardozo, quien tenía sólo 15 años al momento de ser asesinado.
El mismo tribunal absolvió a los otros dos imputados. Entre ellos había otro ex policía para el cual la fiscalía y la querella habían pedido también la pena máxima en calidad de coautor. Para el tercer implicado, un colectivero amigo de los ex agentes, habían formulado un pedido de condena de 20 años de cárcel que tampoco aplicó el tribunal juzgador.
Arn admitió en el juicio haber sido el autor del homicidio, aunque trató de defenderse afirmando que había sido un accidente porque "se le disparó el arma".
Con ese argumento su defensa había solicitado la absolución o, en su defecto, una condena excarcelable por homicidio culposo.
El 21 de mayo de 2006 el adolescente y otros jóvenes salieron de un cyber café de La Tablada.
La víctima iba pateando una botella de plástico que golpeó a un Fiat 147 estacionado y accionó la alarma. El coche pertenecía al policía que resultó absuelto, quien en ese momento se encontraba con Arn en un domicilio particular, participando de una fiesta familiar.
Al escuchar la alarma, los dos policías y el amigo salieron a la calle y atraparon a Cardozo. El adolescente fue trasladado varios metros por la fuerza y según el fallo, Arn lo puso de rodillas, lo obligó a poner la manos en la nuca y, pese a que el chico lloraba y estaba en estado de indefensión, lo ejecutó de un disparo en la cabeza. (Télam)