Viernes 17 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 40 > Deportes
La Brujita, heredero de una dinastía pincha y copera
Su padre, Juan Ramón, la Bruja, dijo que es el jugador más importante de la historia del club.

La decisión de dejar las luces y los millones del fútbol europeo para cerrar su carrera en Argentina fue premiada otra vez. Con la Copa Libertadores en sus manos y lágrimas en los ojos, la figura de Juan Sebastián Verón cobró estatura como alma y nueva leyenda de Estudiantes.

El desafío era enorme pero no defraudó. Verón, a los 34 años, tuvo una gran actuación en la final contra Cruzeiro y fue parte indispensable de la gesta que permitió dar vuelta el resultado y gritar el tetracampeonato en el estadio "Mineirao". "Esto es para los que me quieren y los que no me quieren", afirmó la "Brujita" cuando el título ya era una realidad. Y resumió así el amor y el odio que genera este jugador de extensa trayectoria en la selección argentina y el fútbol internacional.

Considerado por muchos responsable del triste paso argentino por el Mundial de 2002, debió transitar un largo camino para volver a ganarse el cariño de los hinchas. El esfuerzo pareció haber valido la pena porque Diego Maradona le confió ahora un papel central en la selección.

Su padre, Juan Ramón Verón, la "Bruja", ganó el tricampeonato de América con Estudiantes entre 1968 y 1970. La "Bruja" fue ahora el pilar de su hijo para volver a llevar el apellido a lo más alto de la Copa Libertadores. La "Brujita" se inició en Estudiantes. En 1996 fue transferido a Boca y 1998 dejó el club de la Ribera para comenzar su periplo europeo: Parma, Lazio, Manchester United -que pagó por él 42,5 millones de euros en 2001-, Chelsea e Inter, su última escala en el fútbol europeo. En 2006 decidió regresar al país para participar del renacimiento "pincha", con el título Apertura de ese año.

La imagen de Verón llorando abrazado al técnico Alejandro Sabella y José Luis Calderón, sobre el césped del "Mineirao", resumió el significado de la conquista. Atrás había quedado un año plagado de lesiones, infiltraciones y esfuerzos por no dejar el campo de juego. Por todo esto, será entonces como dice de el su padre Juan Ramón: "Sebastián es el jugador más importante de la historia de Estudiantes".

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí