Viernes 17 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 33 > Sociedad
El frío trae cada año a un asesino silencioso
Es frecuente la muerte de personas por inhalación de monóxido de carbono. La responsabilidad por estos hechos suele alcanzar a propietarios e instaladores.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Casi todos los años, debido al mal funcionamiento de los calefones o calefactores, la deficiente ventilación de los ambientes o la instalación de artefactos en lugares inadecuados, el monóxido de carbono o la combustión incompleta del gas causan víctimas fatales.

En ocasiones la responsabilidad por estos episodios trasciende el accidente y la desgracia, y hace responsables a los instaladores y propietarios de las viviendas donde ocurren los hechos.

Hace apenas una semana dos mujeres de 93 y 89 años murieron sin llegar a pedir auxilio mientras conversaban en un amplio ambiente calefaccionado con una antigua cocina a leña, que fue reformada para funcionar con un quemador a gas. Las ancianas fueron las primeras víctimas fatales del monóxido de carbono en la ciudad desde el inicio de esta temporada, pero casi todos los años se producen siniestros de este tipo, y la posterior pericia y conclusión de la empresa distribuidora del fluido sobre el artefacto sospechoso siempre llega tarde.

Poco antes de finalizar el invierno pasado hubo cuatro afectados por monóxido que lograron salvar sus vidas gracias al oportuno auxilio de sus familiares. El 29 de agosto de 2008 una mujer de 74 años y su hijo de 47 años fueron internados con una fuerte descompostura luego de que inhalaran monóxido y un familiar los encontrara en ese estado. Dos días después un hombre de 65 años y su nieto de 8 años también fueron salvados por un familiar que ingresó al domicilio ubicado en Mitre 139 y advirtió que se habían intoxicado por el mal funcionamiento de un termotanque.

El 30 de julio de 2006 dos nenas de 11 años que se encerraron en el cuarto de baño de un hogar humilde del barrio Lera también perdieron la vida debido a las deficiencias del calefón que calentaba el agua, alimentado por un tubo de gas ubicado en el exterior del habitáculo. El 3 de julio de 2005 tres miembros de la familia Méndez, del barrio La Cumbre, debieron ser hospitalizados por inhalar monóxido de carbono, y la lista de personas afectadas y fallecidas es interminable, y no sólo en esta ciudad, sino en destinos turísticos como Mar del Plata, donde debido a los prolongados lapsos de desocupación de algunas viviendas las aves suelen anidar en los conductos de ventilación de los artefactos a gas, provocando abundantes y graves accidentes.

Uno de los hechos que marcó un hito en esta ciudad ocurrió el 16 de julio de 2002 en un departamento ubicado en Veinte de Febrero 719, cuando murió una chica de 16 años que se había instalado en ese domicilio un día antes, junto a su hermana y su madre.

La familia de la menor inició una causa contra la propietaria del departamento, el matriculado que realizó la instalación y la empresa "Camuzzi Gas del Sur", y el juez Emilio Riat le impuso a los demandados el pago de una indemnización de casi un millón y medio de pesos.

El magistrado descartó que se tratara de un caso fortuito o de fuerza mayor y sentenció que el instalador debía responder por las consecuencias inmediatas y mediatas de su trabajo y también la locadora y la firma Camuzzi, por habilitar incorrectamente un calefón viciado.

Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí