Jueves 16 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 3 > Nacionales
Empresarios, entre bostezos y decepción

BUENOS AIRES (ABA).- La primera reunión del Consejo Económico y Social, celebrada el martes por la noche bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, fue "un fiasco" a juicio de uno de sus participantes, un empresario de una importante entidad.

"El gobierno no tiene en claro hacia dónde quiere ir", reveló a "Río Negro" sobre el resultado del sorpresivo encuentro. "Es importante reunirse, pero no para perder el tiempo o tomar café. Si uno se reúne es para tratar los temas en concreto, si no, uno va a perder el tiempo", puntualizó en forma lapidaria el dirigente.

La fuente, integrante de la cúpula del establishment local, resaltó que "fue una pésima señal que se nombre un nuevo ministro de Economía (Amado Boudou), y que no participe de la reunión, como tampoco lo hizo Débora Giorgi (ministra de Producción)".

"Es trascendente que empecemos a trabajar en consenso. Pero hay que comenzar a delinear temas, es decir, armar la agenda de cuestiones que se deben solucionar en el país en forma urgente, y en función de eso y en consenso con el gobierno, que se adopten las medidas respectivas. Si no es así, no sirve y menos si en ese tipo de encuentro no participa un sector tan importante para la Argentina como es el campo", resaltó otro de los asistentes .

La primera reunión del denominado Consejo Económico Social dejó, sin dudas, un sabor amargo. Es más, en el comienzo del encuentro se empezó a realizar un análisis concreto de la situación de los distintos sectores, todo coordinado por el nuevo jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. "Pero al rato llegó la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner), comenzó a hablar, a expresar los mismo conceptos que decía durante la campaña y a partir de eso el clima cambió, hasta hubo algunos bostezos", expresó la misma fuente con tono crítico. Así, el sabor amargo que quedó entre algunos asistentes es que esa reunión, en definitiva, había sido una pérdida de tiempo y que el gobierno K tiene una gran desorientación sobre qué se debe hacer para frenar la caída de la economía y recuperar el liderazgo y la confianza.

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