La conquista del Pincha tuvo de todo, desde un arquero récord hasta el goleador de la competencia y un defensor que llegó para jugar cuatro partidos.
Una de las claves en la Copa Libertadores fue la marca de 801 minutos sin recibir goles que tuvo Mariano Andújar. Este invicto le dio tranquilidad a los demás, que mostraron todo su repertorio, para cerrar la primera fase y para pasar ronda tras ronda.
En el otro extremo, Mauro Boselli, máximo anotador del torneo con 8 goles. No tuvo las chances necesarias en Boca, le dieron continuidad en el Pincha y apareció en los momentos determinantes. Anoche no había rendido hasta que metió el cabezazo que dio vuelta la historia.
Y para cerrar, Rolando Schiavi, que a los 36 años, jugó su cuarta final de Libertadores. El ´Flaco´, cedido por Newell´s para los cuatro últimos partidos del torneo, debutó con la camiseta Pincha hace un par de semanas, pero se metió rápido en el grupo.
En 2003, integró el Boca que se consagró campeón al vencer al Santos, de Brasil, 2-0 y 3-1. Al año siguiente, con el Xeneize, fue derrotado por Once Caldas en los penales.
En 2007, Schiavi jugó para Gremio que perdió las dos finales contra Boca: 2-0 y 3-0 en la definición más holgada de la historia. Anoche, con un puñado de partidos clavó su 2-2 personal y festejó como si hubiera estado siempre con el plantel.
Estas son sólo tres historias de un equipo que empezó a los tumbos, que pasó el repechaje de milagro (gol de Lentini en el final, ante Sporting Cristal), que cambió de DT (se fue Astrada y llegó Sabella) y que anoche entró en la historia grande.