Miércoles 15 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 37 > Deportes
OPINIÓN: Uno de los de antes

El Mineirao, posible estadio del partido de apertura del Mundial de la FIFA que se jugará en Brasil en 2014, será un infierno, se sabe, con más de 64.000 hinchas alentando al Cruzeiro y buscando intimidar a Estudiantes, del mismo modo que el equipo argentino quiso hacerlo una semana atrás en La Plata, sin éxito, pues el partido terminó 0-0.

Cruzeiro parece un equipo con más argumentos ofensivos que Estudiantes y, como el título se definirá en el Mineirao, ese aliento seguirá pesando hasta en una eventual definición por penales. Todo eso lo hace favorito para esta noche. Pero el fútbol confirmó su condición de deporte mágico el domingo pasado con el otro equipo platense, Gimnasia y Esgrima.

El lobo platense también creía que el más inexperto Atlético de Rafaela moriría de susto el domingo en La Plata, pero los minutos pasaban y nadie apostaba ya por el milagro. Hasta que se produjo. Después de la definición escandalosa entre Vélez y Huracán, ese juego por la Promoción fue una reivindicación del fútbol, porque la definición no tuvo fallos escandalosos y porque el fútbol confirmó que pocos deportes pueden igualar sus emociones cuando gobierna la imprevisibilidad.

¿Ocurrirá lo mismo esta noche en el Mineirao? La Libertadores, desde el punto de vista argentino, sería un consuelo en un año de vacas flacas para el fútbol argentino. Pero sería ante todo un premio para Juan Sebastián Verón y su decisión de renunciar a contratos europeos para liderar la recuperación de un club que siente y protege como pocos casos en un crack de su nivel.

Estudiantes, los números lo dicen claramente, inició un gran camino de recuperación desde la vuelta de Verón, aún cuando hayan cambiado jugadores, entrenadores y hasta presidente, pero no la "Brujita" que, según se sabe, puso dineros de su bolsillo para mejorar las instalaciones del club, con un bajo perfil que sorprende en tiempos tan mediáticos.

Ya curtido, Verón no le teme tampoco a los golpes bajos. Hace unas semanas, un periodista amante de las provocaciones, buscó provocarlo en una entrevista por tevé diciéndole que "la gente" lo acusaba de haber ido a menos en el Mundial 2006 ante Inglaterra porque él negociaba su contrato con el Manchester United. Una tontería desde cualquier punto de vista, aún aceptando que el fútbol tiene numerosos "trapos sucios" que se lavan puertas para adentro.

Fue un placer ver a Verón tranquilo, pero firme y dándole una lección al periodista. Le pidió que dijera primero "qué gente" era la que pensaba eso para luego expresarle que, en realidad, quien creía algo así era él pero se escudaba cobardemente en "la gente" porque no se atrevía a afrontar personalmente la pregunta. Es el mismo Verón que respondió con fútbol y revirtió silbidos en aplausos una tarde en el Monumental cuando debió volver a la selección tras el fiasco en Alemania.

Ahora son muchos los que desean su triunfo esta noche. Sería un premio justo para un jugador de los de antes.

 

POR EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES

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