BUENOS AIRES (ABA). - Dispuesto a hacer jugar al máximo su relación política con la administración K, el gobernador Jorge Sapag se mostró satisfecho tras ser recibido en la residencia de Olivos por la presidenta Cristina Fernández en una gestión secreta para evitar el desgaste.

"Se fue muy contento (por Sapag) y haría un anuncio en las próximas horas", confió una fuente muy cercana al despacho presidencial. Sin embargo, aún se trata de promesas ya que -al menos hasta ayer no se contaban con los fondos para hacer frente al pago de los aguinaldos de los empleados públicos neuquinos.

Según se informó la jefa de Estado dio instrucciones al ministro de Infraestructura y Planificación, Julio De Vido para que se reúna con Sapag y se analice la forma de recomponer el valor del gas y el petróleo en boca de pozo que percibe Neuquén. En el mismo sentido, Cristina Kirchner pidió que se estudien las posibilidades de mejorar el precio que paga CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima) por el gas destinado a las centrales térmicas. De Vido, es presidente de ese organismo.

Durante la conversación Sapag se refirió a la crisis hidrocarburífera precisando que hubo una baja de la actividad desde el año pasado de aproximadamente un 40%.

Ello ocurrió por la mañana, ya que por la tarde Sapag hizo una peregrinación por la Casa Rosada donde se mencionó al conflicto que se podría desatar en la provincia si no se normaliza el cronograma de pagos.

Al respecto, Sapag aseguró que la presidenta también le pidió al secretario de Hacienda Juan Carlos Pezoa que se le intente dar una salida a la situación. Es más, la propia presidenta aludió a que ""existe un mecanismo de ayuda económica de Nación a las provincias, que es el Plan de Asistencia Financiera", e indicó que los neuquinos ingresaron a este acuerdo en dos oportunidades. Esta afirmación despertó la expectativa del gobernador acerca de un desenlace positivo sobre el retraso en el pago de aguinaldos pero los fondos aún no fueron garantizados.

En principio la respuesta que en el Palacio de Hacienda le habían dado a Sapag no fue buena. "Por ahora no está prevista ninguna partida adicional para las provincias", fue la definición que recibió de un alto funcionario que responde al flamante ministro Amado Boudou. Según un vocero del área se fundamentó la negativa en que si se afloja en un caso, se vendría una avalancha de demandas desde el interior. "La situación no solo en Neuquén es explosiva, sino en varios lugares, como Santa Cruz", dijo el vocero.

Conocidas tales definiciones, Sapag recurrió como salvavidas a la alianza política con el gobierno llegando a ponderar el acompañamiento que recibe de Nación en materia de política energética.

De Vido tendrá que torcer las resistencias con que desde su cartera se venía oponiendo a la reestructuración del precio del gas en boca de pozo al no existir el convencimiento de que una decisión de ese tipo no impacte en las tarifas de la clase media. "Otro tarifazo sería indigerible", decían hasta ayer cerca de De Vido.

Sapag insistió ante la presidenta en que "el aumento solo afectaría a los consumidores residenciales, de grandes industrias, o de importantes ingresos; y no a quienes utilizan el gas de garrafa".

El gobernador proseguiría hoy con los encuentros aprovechando el contexto del diálogo político abierto por el Poder Ejecutivo.