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Los senadores republicanos se vieron en la cuerda floja el lunes en el primer día de las audiencias de confirmación de Sonia Sotomayor para la Corte Suprema de Justicia, criticando algunas de sus posiciones judiciales, pero asegurándose de elogiar su historial. Las audiencias en el Comité de Asuntos Judiciales del Senado son la mejor oportunidad de los republicanos de poder hablarle al público estadounidense, desde que Barack Obama llegó a la Casa Blanca, y los legisladores del partido están tratando de definir su posición, al tiempo que buscan no alienar a los hispanos y las mujeres. El objetivo es dejar a un lado los asuntos de género y etnia -dos claras desventajas para el Partido Republicano- y concentrarse en lugar de ello en conseguir puntos ante Obama y los demócratas. El senador republicano Lindsey Graham lo resumió de la siguiente forma, mientras los dos partidos iniciaron su batalla verbal sobre Sotomayor: "El elemento hispano de esta audiencia es importante, pero no quiero que se pierda de vista que se trata mayormente de posiciones conservadoras y liberales´´. Seguidamente, Graham reconoció la realidad política de la batalla: su partido, que está tratando de definir una imagen, está virtualmente destinado a perder. Predijo que Sotomayor sería confirmada a menos que ocurra "un desplome total" y afirmó que pensaba que eso era improbable. De hecho, dijo que él posiblemente votará por la jueza, porque, después de todo, "el presidente Obama ganó las elecciones, y yo respeto eso". Triunfó con dos tercios del voto hispano. Desafortunadamente para los republicanos, es difícil separar las características personales de Sotomayor del debate sobre su confirmación. Las imágenes en la sala donde se realizaban las audiencias en el Capitolio reforzaban ese punto. El contingente republicano, todos hombres blancos, frente a una mujer hispana -quien, además, tiene una pierna fracturada que la obliga a cojear por los pasillos del Senado y ocasionalmente a elevar el pie para que no se le inflame. El senador demócrata Patrick Leahy, que preside el comité judicial, abrió las audiencias con una clara advertencia a los republicanos, en las que pareció decir "Critíquenla a su propio riesgo". "Aquellos que rompen barreras a menudo sufren el peso de superar prejuicios", dijo Leahy, quien recordó cómo el primer negro, el primer judío y el primer católico enfrentaron también prejuicios en sus audiencias de confirmación. "Que nadie degrade a esta mujer extraordinaria". Los republicanos reconocen plenamente lo espinoso de su tarea, y en el primer día de audiencias eso significó que dirigieron sus mayores ataques no a la jueza, sino a Obama y su comentario -hecho antes de haberla escogido- de que él quería un juez supremo con "capacidad de empatía". El senador republicano Jon Kyl dijo que esperaba que "todos los estadounidenses estén orgullosos de que una mujer hispana haya sido nominada para la Corte Suprema", pero minutos más tarde agregó que Obama estaba fuera de la corriente dominante en Estados Unidos "con sus declaraciones sobre cómo los jueces deben decidir los casos". JULIE HIRSCHFELD AP
JULIE HIRSCHFELD |
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