NUEVA YORK (AFP).- Estados Unidos y Cuba, que dieron tímidas señales de deshielo desde la llegada al poder del presidente Barack Obama, reanudaron el martes en Nueva York un diálogo migratorio suspendido desde el 2003.
Durante la reunión, Estados Unidos se comprometió "a promover una migración segura, ordenada y legal", indicó el departamento de Estado en un comunicado.
Se trata de conversaciones diplomáticas a nivel técnico que se realizaban dos veces al año -alternadamente en Estados Unidos y Cuba- pero que estaban suspendidas desde la era de tensión con el gobierno de George W. Bush.
En esa época, Cuba temía una invasión militar norteamericana, según reveló posteriormente el presidente Raúl Castro al Consejo Nacional de Defensa.
Tras el cambio en la Casa Blanca, Obama autorizó en abril pasado viajes y transferencias de dinero a Cuba por parte de ciudadanos estadounidenses de ascendencia cubana. Posteriormente, el departamento de Estado indicó que representantes de ambos países habían iniciado discusiones oficiosas a fin de intentar relanzar el diálogo migratorio.
Sin embargo, aunque se esbozó un acercamiento desde la llegada de Obama al poder, tanto Washington como la Habana siguen dando señales de desconfianza mutua, esperando cada cual gestos del otro antes de ir más allá.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, reiteró recientemente que Estados Unidos no levantará el embargo que aplica hace casi medio siglo a la isla si Cuba no libera a sus presos políticos y respeta los derechos humanos. El exilio anticastrista de Florida, cuya influencia decayó en los últimos años, pide a Washington mantener la presión para un cambio democrático en Cuba y considera el diálogo migratorio como un aliento en sentido contrario.
La representante republicana de Florida Ileana Ros-Lehtinen, citada por el Miami Herald, consideró "desafortunado que una vez más el régimen cubano sea recompensado con signos de apertura de Estados Unidos, a pesar de las atrocidades cometidas contra el pueblo cubano".
Según el departamento de Estado, al reanudar las reuniones Estados Unidos reafirma su interés por "continuar discusiones constructivas con el gobierno de Cuba" en temas de interés común.
Las conversaciones regulares se iniciaron en 1995 para coordinar medidas destinadas a evitar una emigración masiva de cubanos al país del norte, tras la masiva oleada de cubanos que llegaron a las costas de Florida en pleno "periodo especial", la grave crisis económica que atravesó Cuba tras el derrumbe del bloque soviético, y que fueron interrumpidas en 2003 por Bush.
Estados Unidos se comprometió a otorgar unas 20.000 visas anuales a cubanos, y Cuba, a recibir sin tomar represalias a quienes intenten escapar de la isla y sean capturados en el mar por los guardacostas norteamericanos.