Un thriller policial, "El dinero del diablo", con el trasfondo de una historia vaticana que se remonta al siglo XX, del escritor mexicano Pedro Ángel Palou, pone en foco a la figura de Eugenio Pacelli, Pío XII, cuya controvertida actuación podrá ser analizada cuando la Santa Sede abra los archivos secretos en 2014.
Mientras, Benedicto XVI ha dicho que el proceso de beatificación de este Papa, anunciado en 2008 y que da pie a esta novela, se va a retrasar para analizar los reclamos de la comunidad judía y reflexionar profundamente sobre el tema.
La novela, recién publicada por Planeta, desnuda muy bien los claroscuros de la Iglesia Católica como institución durante las guerras mundiales, la necesidad de llenar las arcas del Vaticano, y la falta de escrúpulos de algunos de sus miembros para hacer alianzas con quien fuera necesario para cumplir con este cometido.
En ese contexto, las figuras del papa Pío XI, ferviente anticomunista y la de Eugenio Pacelli, quien luego sería Pío XII, cobran un protagonismo paralelo a la trama de corte policial, en un relato que se entrelaza con naturalidad sin alterar el ritmo vertiginoso de la novela.
El tema de la ficción documental que se da en "El dinero del diablo" es una manera de encarar lo que se llama novela histórica de forma distinta, porque se trata de representar la vida como haría un periodista que hace crónica", definió el autor a Télam.
Investigando a la Iglesia Católica para escribir sobre el cristianismo primitivo, Palou iba muy seguido al Vaticano y un día se encontró de casualidad con una carta firmada por Eugene Tisserant -cardenal francés, archivista de Pío XII-, en la que escribe "Ils l´ont assassiné", en relación con la muerte de Pío XI.
"Y comienzo a especular, cierta gente me da pistas: ´no vas a encontrar nada en el Vaticano, lo vas a encontrar en la Universidad de Columbia´, porque Tisserant deja documentos en una caja para que fueran a esa universidad norteamericana", cuenta.
Además, da con fragmentos de las notas de la última encíclica "Nella Luce" de Pío XI (Achile Ratti) que nunca se dio a conocer: "En ese momento ya sé que tengo una novela, que debo dejar la otra, estoy metido en un momento central del siglo XX".
"Descubro que tengo la estrategia narrativa para contarla al darme cuenta que Eugenio Pacelli cuando era un joven seminarista fue formado por el secretarios de Estado, Piero Gasparri, como uno de los prominentes miembros del sistema de espionaje del servicio secreto vaticano de la Santa Alianza. Así es mandado en la Primera Guerra Mundial a Alemania y luego fue nuncio en Munich", apunta.
"El papel de Pío XII fue decisivo en el concordato con Mussolini, y decisivo con Hitler -menciona-, él logra que se disuelva el partido católico alemán. Y aunque no se sabe cómo murió Pío XI, es sugestivo que el doctor que lo atendió durante las últimas semanas fuera el hermano de Clara Petacci".
Otro personaje clave es Bernardino Nogara, quien había salvado al Reichsbank en Alemania "y era como la mayoría de los allegados del papa Pío XI, milanés", se explicita en el libro.
"En la novela el papel de Nogara es el estricto no le podía dar más, pero alguien tiene que contar lo que hizo. Si no hubiera existido el Instituto de las Órdenes Religiosas, la masonería no hubiera entrado al llamado Banco del Vaticano", desliza Palou.
Desde su óptica, Pacelli y Novara constituían una combinación perfecta: "El sentido pragmático y especulativo de Pacelli es superior al de Hitler. En el caso de Pío XI hay ideología, lucha contra el comunismo ateo, pero Pacelli quiere devolverle el poder al Vaticano y está dispuesto a todo", afirma.
"Novara compra una fabrica de preservativos, tres de armamentos, que sirve para la campaña de Etiopía, de Mussolini, todos los parientes de Pío XI eran miembros de estas empresas. Es un personaje que va más allá de lo imaginable", comenta Palou. (Télam).