ROMA (DPA/AFP)- El papa Benedicto XVI se mostró ayer preocupado por la situación política en Honduras tras el golpe de Estado y volvió a pedir a las partes una solución pacífica a la crisis. El pontífice dijo seguir "con gran preocupación" la situación del país y llamó a los seguidores de ambos bandos a profundizar la vía del diálogo, el entendimiento mutuo y la reconciliación.
Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro durante el rezo dominical del Angelus, Benedicto también consideró inaceptables las "desigualdades sociales y las injusticias estructurales" que se dan en el mundo.
"Hacen falta tanto medidas inmediatas como una estrategia coordinada para encontrar soluciones globales duraderas", reclamó. Benedicto recordó que también los líderes del G8 (los siete países más industrializados del mundo y Rusia) subrayaron la "dramática urgencia" de esos problemas durante la cumbre que celebraron esta semana en Italia.
"La Iglesia no dispone de soluciones técnicas para presentar, pero como experta en humanidad ofrece a todos la enseñanza de las santas escrituras sobre la verdad del hombre", dijo el Papa. "Las soluciones a los problemas actuales de la humanidad no pueden ser sólo técnicas, deben tener en cuenta todas las exigencias de la persona, que está dotada de un alma y un cuerpo",