BUENOS AIRES ( ABA) .- Los principales dirigentes peronistas intentaran volver a recrear el milagro de cómo, siendo parte del problema, también pueden ser la cara de la solución a los problemas de la Argentina. Sincerándose puertas adentro, saben que la historia reciente los tuvo como cogeneradores de las principal crisis política de la democracia (2001-02), pero en la primera línea de exposición del desgaste político quedó el gobierno de la Alianza de radicales y frepasistas, con la imagen de un helicóptero que se evaporó entre las ruidosas cacerolas.
Ahora que las circunstancias son distintas también se preguntan, tanto el peronismo anti-k como los gobernadores sobrevivientes de la derrota electoral del oficialismo, cómo y de qué forma llegará el gobierno de Cristina a la meta institucional. Las posibles respuestas son cruciales, no sólo desde el punto de vista del sistema, sino que potencian o disminuyen las chances de quienes se han puesto como objetivo de sus carreras políticas el 2011.
Caras y caretas
Eduardo Duhalde regresó de España y mientras vaciaba sus valijas ya estaba recibiendo el llamado de varios intendentes peronistas del conurbano. No pudo ser mejor su gustito a revancha. Muchos de quienes lo habían borrado de la agenda comenzaron a reinterpretar su figura como un cuadro imprescindible para el reordenamiento partidario tras las heridas de un fuerte combate. Su mujer "Chiche" lo entusiasma para que vuelva al ruedo pidiendo la presidencia del P.J bonaerense y desde ese sitial rediscutir el valor de cada aspirante serio para las próximas presidenciables. Sabiendo que la historia rara vez llama dos veces, buscará ser el garante de un complicado proceso de ajedrez político que tiene dos apostadores fuertes: Carlos Reutemann y Francisco De Narváez.
Este último lleva consigo de trofeo la cabeza de Néstor Kirchner. Ganador inimaginable meses atrás, llegó al sitial más por errores del adversario que por méritos propios. Igualmente el diploma lo tiene en la vitrina y hasta se anima a insinuar en querer ser más que gobernador de la provincia de Buenos Aires. ¿Cuándo? No sabe. Firme y sin apuro ya comenzó a consultar a abogados destacados para que husmeen las chances que tandría un colombiano, naturalizado argentino, de ser inquilino de Olivos. Sabe que muchos peronistas no lo tragan por ser de un ave de vuelo corto dentro del almanaque justicialista y además su manejo de campaña dejó resquemores algo disimulados por las mieles del éxito.
Carlos Reuteman es quien recoge mayores expectativas: "Está en la edad justa para ser presidente", dicen renovados adulones; o "su moderación es lo que necesita el país después de Kirchner" puntualizan otros. El santafesino solo escucha a su conciencia y a los médicos que controlan su vida diaria tras la intervención quirúrgica por un desgarro en la pared arterial. Es además bien visto por los Kirchner, por más que se enfrentó a su alfil Agustín Rossi; su ajustado éxito se midió como un mal menor al de si ganaba el socialista Hermes Binner. "Lole" quedó como un crítico de las políticas agropecuarias del ejecutivo nacional sin llegar a ser un opositor de trazos firmes. Su media agua le permite recoger apoyos tanto de pos kirchneristas como de peronistas ortodoxos. Fue significativo su desplante a Daniel Scioli, el todavía presidente interino del P.J, cuando éste necesitaba un tubo de oxigeno tras quedar en la pasarela de los derrotados testimoniales.
El gobernador bonaerense no escuchó ni a su hermano Pepe Scioli, cuando le advirtió los complicados tiempos por venir en la gobernabilidad de la gestión. Ahora pretende encarnar el operativo de cambio de estilo del gobierno, que comenzó con la convocatoria al diálogo. Sus posibilidades quedaron heridas pero aún vigentes.
Atrás cabalgan gobernadores exitosos o caudillos invencibles, a quienes ni el dengue ni las peores denuncias de corrupción parecen hacer mella.
El gobernador de Chubut, Mario Das Neves, empapeló Buenos Aires con la leyenda a candidato 2011. Su punto débil es precisamente la falta de conocimiento sobre quién es. En cambio, se animó a insinuar cierta crítica a Néstor K cuando todavía su poder estaba inalterable. Pide internas y que se vaya Moreno del INDEC. Necesita inexorablemente de un padrino para tener la oportunidad.
En la zona cuyana, el gobernador de San Juan José Luis Gioja, arrasó como siempre en las elecciones. Su cercanía con los Kirchner es total, siendo una de los gobernadores más favorecidos con la obra pública. Pino Solanas promete investigarlo desde el Congreso por supuestas irregularidades con empresas mineras en su administración provincial. Es otro invitado a la mesa de la discusión del poder peronista.
En tanto, Jorge Capitanich logró renovar votos de confianza en la empobrecida provincia del Chaco, todavía golpeada por el dengue. Es de los que cree que el gobierno se pueda salvar de la mano de mayor presencia como presidenta de Cristina. Su relación siempre ha sido óptima con ella y no así con Néstor K , a quien le adjudica los principales errores.
José Alperovich, barrió otra vez todo vestigio opositor en Tucumán llevando a su esposa Beatriz Rojkés, como candidata. Cedió a su vice para renovar el gabinete de Cristina: el actual ministro de Salud, Juan Mansur. Si no le alcanza irá por la reelección.Más rezagado quedo el joven gobernador salteño, Juan Urtubey el más apreciado por Cristina. Si bien ganó las legislativas su performance fue pobre.
Eduardo Duhald
Volvería al ruedo pidiendo la presidencia del PJ bonaerense y procurando desde allí ser el articulador de los acuerdos para elegir al candidato presidencial del peronismo.
Carlos Reutemann
Es el mejor posicionado, con apoyo tanto del peronismo ortodoxo como del kirchnerismo. Su perfil moderado y su triunfo en Santa Fe le abren las puertas.
F. de Narváez
Tiene la cabeza de K en su vitrina. Consulta a abogados para ver si puede postularse pese a ser naturalizado. Tiene resistencias dentro del peronismo más ortodoxo.
M. Das Neves
Ya empapeló Buenos Aires con su postulación. Criticó a los K desde antes de las legislativas. Pero es poco conocido y necesitará un "padrino" en el partido para llegar.