Domingo 12 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 34 > Sociedad
Aislarse, peor el remedio que la enfermedad

"Este tipo de confusión incrementa los miedos, frente a un peligro la mente humana hace una primera evaluación sobre si tiene o no los recursos para hacerle frente. En primera instancia si es importante o no y en una segunda si ese peligro puede ser importante y si yo tengo recursos para combatirlo", explicó Di Giacomo.

"Si frente a una cosa que no se sabe si es muy peligrosa o poco peligrosa, porque hemos escuchado las dos cosas, entonces no sabemos qué tan peligrosa es. Además si no sabemos qué recursos vamos a utilizar y si los va a haber o no, esta confusión genera más miedo", sostuvo.

Frente al miedo, "hay personas que van a negar la situación y van a tener conductas de irresponsabilidad social, ir a lugares de grandes aglomeraciones, ´los que dicen acá no pasa nada´. Hay otros que se asustan y actúan exageradamente frente a todo esto y que son hasta capaces de comprar un barbijo en la calle. Es el tipo que frente al miedo hace cualquier cosa, sálvese quien pueda".

"Y después hay otros que se aíslan, ´Me encierro, si me encierro nada me va a pasar´, es una población que va fluctuando entre estas cosas y no es positivo".

Di Giacomo destacó en este contexto, aquellas personas que son vulnerables desde el punto de vista mental, y advirtió que las consecuencias de la pandemia, para ellos, son diferentes.

"Hay gente con trastornos de ansiedad, personas vulnerables, desde el punto de vista psíquico, personas sometidas a situaciones de estrés, que lo pueden desequilibrar fácilmente, personas con depresión o fóbicos, y es lógico que vivan esto con mucha mayor confusión", finalizó el psiquiatra.

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