ACCRA (AFP).- El viaje de Obama adquirió todavía más emoción cuando se desplazó junto a su esposa Michelle, descendiente de esclavos, y sus dos hijas, Malia y Sasha, al castillo de Cape Coast, antiguo centro de trata de esclavos, del que partieron miles de africanos con destino a Europa, América y el Caribe para un viaje sin retorno. Lo describió como un lugar de "profunda tristeza", pero también como el inicio de la "experiencia afroamericana". También señaló que esperaba que la visitan inspirara a sus dos hijas, que crecieron en un entorno privilegiado, "la sensación de obligación de luchar contra la opresión y la crueldad". Obama recordó que, si a su abuelo le llamaron "boy" durante gran parte de su vida bajo la autoridad británica en Kenia, son el tribalismo y el nepotismo los que bloquearon la carrera profesional de su padre. |