"Los jugadores siempre demostraron que tienen mucho temple y coraje. El partido hay que jugarlo, tengo mucha confianza en el plantel, porque siempre ha sabido responder cuando parecía que no se podía. Lógicamente que la llave está abierta, porque Estudiantes es un equipo muy respetable".
Para Alejandro Sabella el sueño copero está intacto. Claro que la del desquite será una prueba superlativa, porque de ninguna manera será fácil doblegar a los brasileños en un escenario como el Mineirao, una de sus principales fortalezas brasileñas.
Cierto es que el empate anima a augurios triunfales del Cruzeiro y es verdad que en la amplitud de ese estadio el equipo local se hace fuerte. Pero Estudiantes también tiene frescos antecedentes de hacerse fuerte en terreno hostil. Lo hizo recientemente con los uruguayos Defensor y Nacional, y también fue invulnerable ante los paraguayos de Libertad.
"Cruzeiro es un equipo que sabíamos que iba a ser difícil, que reconocíamos como el mejor de todos (los rivales), y se vio en la cancha. Creo que merecimos ganar, que se jugó un poco mejor, pero al final ellos se tornaron más complicados y empezaron a manejar la pelota", comentó el entrenador.
Al explayarse en su análisis, el DT remarcó que si no se consiguió un mejor resultado en este primer chico eso también se debió al nivel que tiene la formación mineira. "Superar por largos pasajes del partido a este equipo demando un gran esfuerzo físico y mental y en algún momento ese esfuerzo se paga. La diferencia es que en otros partidos ya habíamos marcado el gol y esta vez, no", evaluó.
Pero tal como había sostenido desde que eliminaron a los uruguayos de Nacional en Montevideo por las semifinales, para Sabella este choque ante el Cruzeiro es un partido de 180 minutos. "De este partido hay que hablar porque volvemos a jugar con el mismo rival. Ellos van a jugar con el público a favor, pero este partido (en La Plata) nos tiene que dejar enseñanzas. Estoy conforme con lo que hizo Estudiantes como local porque no se puede ser permanentemente superior a un adversario de semejante jerarquía", argumentó Sabella para redondear su balance.