Por CLAUDIO RABINOVITCH
BUENOS AIRES (ABA).- "A cualquier acontecimiento externo desde hace tiempo se lo asocia con el cambio climático, pero no todos los impactos del cambio climático son negativos", sostuvo Nazareno Castillo, funcionario de la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación.
La afirmación fue vertida en un simposio realizado a mediados de esta semana en la embajada británica en Buenos Aires con miras a la Cumbre de Copenhague a realizarse entre el 7 y el 18 de diciembre de este año y despertó cierta polémica a partir de la presión que existe a nivel mundial -sobre todo de algunos países europeos- para que se tomen medidas restrictivas en defensa del medio ambiente.
En forma reservada, algunos especialistas rechazaron la postura de la cartera de Medio Ambiente y se inclinaron por la conveniencia de ser críticos en todas las cuestiones que afectan el clima para concientizar sobre los peligros que acechan. "Por supuesto que hay aspectos que combatir -aclaró Castillo-, pero en la región pampeana gracias a los cambios la productividad agrícola aumenta".
El director de la División de Cambio Climático añadió: "Estamos de acuerdo con la mitigación, pero no a cualquier costo. Hay que definir quién financiará la transferencia de tecnología".
La posición de nuestro país en Copenhague no será sencilla ya que cuesta alcanzar consensos regionales, como con Brasil, que tiene el problema puntual de las emisiones provocadas por la deforestación, y aunque con Uruguay hay muchos puntos en común está latente el desacuerdo por la instalación de Botnia.
La propuesta argentina por ahora consiste en "crear un órgano subsidiario que se encargue del financiamiento y tecnología en mitigación y adaptación".
En off the record un experto fue crítico con la ausencia de la Cancillería en el tema en cuestión desde la salida del encargado de Asuntos Ambientales Raúl Estrada Oyuela, despedido tras la disputa que mantuvo con la anterior titular del área -después también echada- Romina Picolotti.
El calentamiento global por aumento de la proliferación de gases, los fenómenos climáticos que sacuden al planeta, la contaminación, la proliferación nuclear, la minería como succionadora de un elemento esencial como el agua... ¿en qué medida se pueden enfrentar esos problemas reduciendo el impacto en el desarrollo económico? Se trata de un conflicto de difícil solución.
La previa
En la reunión que empezó anteayer -con la presencia de los países que integran el G8 en L´Aquila (todo un simbolismo pues fue el lugar devastado recientemente por un terremoto)- se subrayó que si bien "la responsabilidad principal es de los países industrializados, aquellos en vías de desarrollo no pueden quedarse con los brazos cruzados".
El texto final exigiría recortes de emisiones de dióxido de carbono del 80% para el 2050 en los países desarrollados y del 50% en los demás. Se establecería el compromiso de limitar el calentamiento global (a esa misma fecha) a dos grados sobre de los niveles preindustriales.
Pero el destino de tal documento será incierto si no cuenta con la adhesión de China e India, países donde de 1990 al 2005 las emisiones de dióxido de carbono subieron del 13 al 23%, es decir, casi un cuarto de las emisiones en el mundo.
Durante el seminario desarrollado en la sede diplomática británica, el especialista mexicano Miguel Molina indicó que otro desacuerdo consiste en que "mientras la Unión Europea busca tomar como parámetro para reducir la contaminación el índice de 1990, Estados Unidos intentaba tomar como referencia el 2005 para tener menores exigencias".
Quienes más esfuerzos han realizado son Gran Bretaña (que bajó las emisiones 23 puntos menos que lo que indicaba el protocolo de Kyoto) y de alguna manera Alemania y Dinamarca.
Justamente en Italia -y de no concretarse se buscará hacerlo en Dinamarca- la intención era firmar un protocolo que sustituyera al frustrado de Kyoto, que fracasó fundamentalmente por el rechazo del ex presidente George Bush.
El fin del petróleo
En su disertación el periodista del diario danés "Politiken" Lars Dahlager destacó que en su país se tardó mucho en advertir la importancia de producir cambios hasta que episodios como el ataque de fundamentalistas musulmanes contra el dibujante Kurt Westergaard por una caricatura contra Mahoma, dio cuenta, por una parte, de lo riesgoso que es depender de los países árabes productores de petróleo. Pero, además, puso de relieve el investigador europeo: "El petróleo se está acabando y la energía va a ser cada vez más cara, en los próximos veinte años tendría que cuadruplicarse la producción de Arabia Saudita para satisfacer la demanda".
Autor del libro "Fiebre global: la guerra de los climas", Dahlager citó un informe de Stern Review que estimó en un 20% la caída del PBI en el mundo por el cambio climático y advirtió que en el 2030 la demanda de energía se incrementará un 45%.
Actualmente -detalló- el 20% de la electricidad en Dinamarca procede de sistemas eólicos y gran parte de esta energía es provista en el mundo por la empresa de ese país Vestas.
Dahlager recordó el impacto que tuvo el huracán Katrina (en Nueva Orleans) y mencionó a las primeras ministras de Noruega Gro Harlem Brundtland y del Reino Unido Margaret Thatcher como las primeras gobernantes en poner énfasis en la cuestión climática, al igual que el ex vicepresidente estadounidense Al Gore.
Y recordó que el Premio Nobel de Física y secretario de Energía de la administración Obama, Steven Chu, mostró su preocupación advirtiendo que "por fenómenos como el calentamiento global viñedos y granjas en California podrían desaparecer".
Punto de inflexión
Ahora, justamente uno de los políticos más influyentes en tomar el timón en el tema es el presidente norteamericano Barack Obama, coincidieron los expertos presentes en el encuentro. "Es un giro de 180% respecto de Bush", espetó el cronista danés.
Molina coincidió: "Es un cambio radical el que está produciendo Obama, la agencia ambiental norteamericana ya tomó medidas unilaterales sobre reducción de gases. Será ahora determinante en cuánto apoye sus iniciativas el Senado".
El experto azteca deslizó que su país está dispuesto a establecer una agenda de reducción de la emisión de gases a la mitad para el 2020, mientras Brasil pretende hacerlo más lentamente.
Molina comentó que la Unión Europea propuso otorgar una asistencia de 400 millones de dólares para ayudar a las naciones en vías de desarrollo, cifra que consideró muy insuficiente.
El director de la Fundación Bariloche, Osvaldo Girardin, señaló que los objetivos planteados en Italia son alcanzables si se cumplen metas desde lo político como desde el lado social.
"Viajar en transporte puede ser menos contaminante que hacerlo en automóvil, pero es políticamente poco viable una opción generalizada de ese tipo", ejemplificó. Al mismo tiempo puso de relieve como un paso adelante en nuestro país cuando los coches (sobre todo taxis) dejaron en gran proporción de andar a nafta. "Por eso a comienzos de los ´90 fue uno de los momentos de menor contaminación", aseguró Girardin.
Principales contaminantes
en el país
Él mismo puntualizó que los principales factores de contaminación en nuestro país son la emisión de nitrógeno y metano por la actividad del campo, así como la fermentación entérica, y otras fuentes son los residuos sólidos, evaporación de combustible, dióxido de carbono para transporte y generación de electricidad y cultivo de arroz (fuente de metano).
A la vez, todos los estudios pronostican un paulatino aumento de temperaturas mínimas (+1,9) y máximas (+2), altas precipitaciones (mayores al 40%), continuidad en el retroceso de los glaciares y -específicamente en el Comahue- la reducción en la generación hidroeléctrica. Si dependiera sólo del clima (ver aparte), la producción rural decrecería de modo contundente, mientras que si se acepta la presencia de dióxido de carbono el efecto sería contrario, reconoció la autoridad de la Fundación Bariloche de acuerdo con un trabajo -del INTA- que proyecta la situación para el 2070.
Según el diario español "El País", Estados Unidos habría propuesto anteayer en la cumbre del G8 integrar un fondo de ayuda a la agricultura de 15.000 millones de dólares.
En el seminario del que participó "Río Negro" enfocado a periodistas se coincidió en la necesidad de encontrar en los medios un equilibrio entre las secciones de economía y de medio ambiente.
"El problema es que nuestros países no están acostumbrados al mediano plazo y en ese lapso existen muchas presiones de rubros que podrían estar afectados como el petrolero o el campo", expresó Mo- lina.
Molina también consideró que cuando surgió la industria automotriz se pensó que no habría fallas. Por otra parte se contaminaron lagos y ríos y se deforestó.
Pidió en esta materia en particular recurrir a la responsabilidad empresaria porque en definitiva, consideró, "la sociedad nunca determina lo que se va a producir".