La llegada del joven economista Diego Bossio a la conducción de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) despertó halagos en sectores afines al oficialismo, pero reflotó una vieja polémica y dilema ético, que ya había tenido un capítulo muy similar en los comienzos de la administración kirchnerista.
Como en su momento le ocurrió al Ministro de Planificación federal, Julio De Vido, la esposa del ex director del Banco Hipotecario tiene actualmente un alto cargo en la Sindicatura General de la Nación (Sigen). Valeria Loira es una abogada muy cercana a la presidenta, que ha sido asesora de Cristina Kirchner cuando ésta se desempeñaba como senadora.
La Sigen es una institución destinada al control interno de distintos entes dependientes del Ejecutivo, como por ejemplo la Anses (que se encuentra dentro del ámbito del Ministerio de Trabajo). Su cúpula se compone de un síndico titular y tres suplentes, uno de las cuales es Loira. Por eso, desde algunos sectores de la oposición ya critican esta dualidad controlador-controlado que se daría en el matrimonio.
Bossio señaló que el hecho de que su esposa este segunda en el orden de autoridades de la Sigen "no genera ninguna incompatibilidad". "Creo en los controles concomitantes y voy a estar sujeto a la ley. Es lo que corresponde. Los organismos de control están para advertir. Lo importante es cómo se actúe", argumentó el flamante funcionario esta mañana en radio Continental.
La esposa de De Vido, Alessandra Minnicelli, fue designada como síndico general adjunta de la Sigen en junio de 2003, en coincidencia con la decisión del Ejecutivo de delegar en el Ministerio de Planificación la facultad de de contratar y ejecutar obras públicas, además de la compra de insumos y materiales. En ese momento, el nombramiento despertó críticas generalizadas, que llegaron desde la oposición y desde organizaciones no gubernamentales de defensa de la transparencia, como Poder Ciudadano.