La presidenta Cristina Kirchner tomó juramento a los nuevos ministros del gabinete y les impartió las primeras directivas, con el objetivo de recuperar la iniciativa política tras el revés electoral del 28 de junio.

Luego de que dispusiera una serie de cambios en su gabinete, la mandataria mantuvo ayer una intensa ronda de reuniones en la residencia de Olivos, que incluyó encuentros con los nuevos jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y ministro de Economía, Amado Boudou, a fin de delinear las políticas a seguir en las distintas áreas de gobierno.

Las medidas que se analizan en el orden económico son un ajuste fiscal que involucra a las tarifas de servicios públicos, una baja en los subsidios y la implementación de un bono forzoso para los bancos, con el objetivo de reunir dinero fresco.

Los mercados reaccionaron con escepticismo ante los cambios. La Bolsa cayó un 2,8% y los bonos se derrumbaron un 11%. (Ver pág. 4)

La jefa de Estado se entrevistó durante la mañana y el mediodía en la residencia de Olivos a solas con los seis flamantes funcionarios, previo a sus asunciones.

No se descarta que la semana próxima el gobierno anuncie medidas, como una fuerte señal de recuperación de la gestión, luego del traspié electoral.

Cristina Kirchner recibió en primer término a Aníbal Fernández, con quien estuvo reunida por espacio de media hora y luego mantuvo un encuentro con Amado Boudou.

La mandataria también compartió audiencias a solas con el flamante ministro de Justicia, Julio Alak; con el nuevo titular de la Anses, Diego Bossio; con el presidente Aerolíneas, Mariano Recalde y con el secretario de Cultura, Jorge Coscia.

Durante la jornada también desfilaron por la quinta de Olivos, el ministro de Planificación, Julio De Vido; el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini; el secetario de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el vocero oficial Alfredo Scoccimarro.

Por la tarde, Cristina Kirchner tomó juramento y puso en funciones a los nuevos ministros de su Gabinete, en un Salón Blanco colmado de dirigentes del arco oficialista, entre ellos una decena de gobernadores.

Moreno y Moyano, ausentes

De la ceremonia también participaron legisladores, miembros de organizaciones de derechos humanos y funcionarios del gabinete nacional, a excepción del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

El polémico y resistido funcionario dijo que la presidenta Cristina Kirchner lo confirmó en el cargo, pero admitió que su situación es frágil, porque existen "muchas presiones" de sectores empresarios para desplazarlo.

Moreno no hizo declaraciones públicas, pero hizo esa revelación ante operarios de la papelera Massuh, empresa de la cual es gerenciador luego de salvarla de la quiebra.

Moreno, quien hace tres años y medio que ocupa cargos en el gobierno nacional, sobrevivió en forma sorpresiva a los cambios que hizo Cristina en el Gobierno, lo cual cayó muy mal en los mercados y en sectores empresarios.

Sorprendió también la ausencia en el acto del jefe de la CGT, Hugo Moyano, y de otros miembros de la central obrera, aunque estuvo el diputado que asesora al líder camionero, Héctor Recalde, cuyo hijo Mariano asumió en Aerolíneas.

Entre los gobernadores estuvieron Daniel Scioli (Buenos Aires); Luis Beder Herrera (La Rioja); Maurice Closs (Misiones); Miguel Saiz (Río Negro); José Luis Gioja (San Juan); Jorge Capitanich (Chaco); Sergio Urribarri (Entre Ríos); Gildo Insfrán (Formosa); Walter Barrionuevo (Jujuy) y Hermes Binner (Santa Fe).

También asistieron al acto los tres funcionarios salientes: el ex jefe de gabinete, Sergio Massa, el ex ministro de Economía, Carlos Fernández y el ex secretario de Cultura José Nun.

(DyN/Redacción Central)