NEUQUÉN (AN).- "Una fila es para hacer trámites. Y la otra para realizar extracciones". El que da las indicaciones es Luis Cáceres: está parado en la vereda de la cuadra más céntrica de la ciudad, hace 45 minutos que espera, y todavía lo separan unos 40 metros del acceso a un banco. "Me voy de viaje, y tengo que sacar unos pesos", cuenta.
Como miles de neuquinos, ayer Luis se resignó a una inédita espera con tal de hacer una operación bancaria. La "city" neuquina mostró una cara inédita de su febril actividad mañanera, con veredas copadas por filas de gente con la cara larga, que superaron los 100 metros de extensión.
Hubo dos factores que provocaron la situación: por un lado las disposiciones que limitaron el acceso a cada entidad financiera, para paliar una posible expansión del virus de la gripe porcina.
Algunos permitieron la entrada de entre 10 y 20 personas por turno (luego de salir otras tantas). Y en otros casos los clientes ingresaron de a uno, a un lentísimo ritmo que ofuscó hasta al más paciente.
Además del motivo sanitario, ya estaba la sospecha del cierre bancario de mañana, que terminó por confirmase luego del mediodía, al que adhirieron el municipio y la administración provincial. Los bancos cerrarán, según informó la Asociación de Bancos de la Argentina. Pero funcionarán los cajeros automáticos.
Ayer hubo quienes plantearon que por el intenso frío de la mañana, acaso la recomendación de no agrupar gente en entidades financieras, termine jugando en contra: "Nos dicen que la idea es no contagiarnos adentro. ¿Quién nos da la garantía de que acá en la vereda con la cantidad de personas que se juntó no nos podemos contagiar. Por favor, con este frío vamos a terminar todos resfriados", se quejó Adela Márquez, una señora de gorrito de piel y tapado, que llevaba más de media hora afuera del HSBC, un panorama que también se vio en los bancos Francés, BPN, Nación, Hipotecario y Macro.
"Es una situación complicada: muchos se enteraron recién hoy. Todos se preparan para el fin de semana. Lamentablemente en vez de guardarse en la casa, vienen a buscar plata para hacer un fin de semana largo", confió Víctor, un empleado de seguridad que ayer devino en la cara visible de un banco, reorganizando las filas de acceso.