Miércoles 08 de Julio de 2009 > Policiales y Judiciales
Todo perú sólo habla de ella
¿La Reina mató a la Princesa? El país en vilo por asesinato de Alicia Delgado, la Princesa del Folclor andino. La principal sospechosa Abencia Meza, la "Reina de las Parranditas", es tan idolatrada como la víctima.

"Adiós, adiós, con mucha pena me despido. Mis canciones quedarán grabadas para que un día te acuerdes de mí". Alicia Delgado terminó de cantar su último huayno en el concierto de Santiago de Putina y bajó triste del escenario.

Cuatro días después, su cádaver fue hallado en su cama en Lima con nueve puñaladas. La gente de Santiago de Putina, uno de esos tantos poblados pobres de los Andes peruanos que hicieron de Delgado la "Princesa del Folclor", estaba tan feliz de haber visto a su ídolo que nadie se percató de que se trataba, literalmente, de una despedida.

El caso que tiene en vilo al Perú desde hace dos semanas desplazó en diarios y noticieros a temas de supuesta mayor importancia. No sólo por lo que significó la "Princesa" para miles de peruanos, sino porque la principal sospechosa del asesinato, Abencia Meza, la "Reina de las Parranditas", es tan idolatrada como la víctima. La gente, sobre todo la más humilde, amaba a Abencia y Alicia.

Y Abencia y Alicia se amaban entre sí. La prejuiciosa sociedad peruana no sólo les "perdonó" la relación, sino que hizo de ellas una de las parejas más mediáticas de la farándula nacional. Hasta que llegó un hombre, un arpista de 32 años que volvió a encender en Delgado las llamas de la heterosexualidad.

"Antes de que me dejes, primero te mueres", fue la telenovelesca frase que le lanzó Abencia, según el testimonio policial de la empleada doméstica. La relación se deterioró. Días antes del asesinato, el país vio a una frágil Delgado que enseñaba las huellas de la golpiza que le dio su fortachona compañera. Meza le pidió perdón ante las cámaras.

El programa logró un rating récord, pero no hubo reconciliación. La Policía dice no tener dudas: lo dicho por el confeso y probado asesino material, Pedro Mamanchura, se sustenta. Según él, guardaespaldas de Delgado, Meza le pagó 3.000 soles (1.000 dólares) por el asesinto y le ofreció ayuda y dinero para fugarse del país.

El hombre fue capturado cuando intentaba pasar a Ecuador. La "Princesa del Folclor" murió a los 50 años. La "Reina de las Parranditas" parece entretanto muerta en vida a los 37. Dicen sus allegados que entró en depresión extrema en la celda y que está bajo cuidado para que no se suicide.

Se sigue proclamando inocente, pero dice no querer vivir sin quien fue su gran amor. Y menos cuando está expuesta, de comprobarse su culpa, a entre 15 y 35 años de cárcel. La historia había empezado unos ocho años atrás. Delgado, popular en su juventud, pero retirada y radicada en Estados Unidos por buen tiempo, volvió al Perú a reverdecer laureles. Pero no halló lugar.

El folclor andino no tenía ya una princesa, sino tres reinas, todas jóvenes: Dina Paucar, Sonia Morales y Abencia Meza. Cuando Alicia pensaba en la media vuelta, Meza fue su hada. Se propuso relanzarla y los empresarios quedaron notificados: si querían contratar a la "Reina", había que contratar también a su "Princesa".

Y Delgado respondió con su arte y volvió a erigirse en figura. Meza lo hizo enamorada. Ella no ocultó su opción sexual tras una fracasada relación que la hizo madre a los 17 años. No se le ve cómoda con las clásicas faldas del huayno. Lo suyo son los jeans y las camisas masculinas, los modos rudos y el caminar de perdonavidas. Hace cinco años, en pleno concierto, un adolescente se lanzó al escenario a abrazarla. Abencia creyó que la iba a atacar, sacó de su falda colorida una pistola y lo hirió de gravedad. Le dieron libertad condicional.

Hizo del hecho una broma y aceptó el nuevo apodo: "Pistolita". Delgado, siempre tan femenina, nunca aceptó en cambio su opción explícitamente y hasta se empeñaba en hacer creer que lo de ellas era sólo una amistad. Ahora que todo se sabe porque la prensa no se cansa de hurgar en su vida, se conoce que fue víctima no sólo de golpizas sino también de infidelidades y que incluso una hermana y una sobrina suyas estuvieron en la lista de conquistas de Abencia. Tras la ruptura por el arpista y los maltratos, las amenazas fueron continuas.

La "Princesa" dejó un video -comercializado hoy a precios elevados-, en que culpa a Abencia de lo que le pueda pasar. Sus músicos revelaron que antes del último concierto recibió una nueva llamada amenazante. Casi se desvanece, pero igual cantó y sin que nadie se diera cuenta se despidió: "Pueblo querido, nunca volveré a cantar bajo tu cielo", gritó, antes de terminar con el popular huayno suyo: "Adiós, adiós, con mucha pena me despido...".

DPA

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