Miércoles 08 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 21 > Internacionales
Un pacificador nato ante otro difícil desafío

SAN JOSE, Costa Rica - El presidente de Costa Rica, Oscar Arias Sánchez, ganador del Premio Nobel por su gestión para pacificar Centroamérica en los años 80, recuperó un papel protagónico en la arena internacional, al aceptar mediar en la crisis desatada por el golpe de Estado en Honduras.

Arias cumple desde 2006 (y hasta mayo de 2010) su segundo mandato como presidente de Costa Rica, en el que ha enfrentado como otros jefes de Estado los embates de la crisis económica, la gripe porcina, pero también las disputas sobre el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que causó gran polarización política en el país.

Pese a sus éxitos en la pacificación de Centroamérica hace 20 años y a su prestigio internacional, Arias tiene muchos detractores en su país. Muchos lo identifican como un político "neoliberal" y lo acusan de estar al servicio de los grandes capitales del país y de las transnacionales, pese a ser miembro del Partido Liberación Nacional, que se define como socialdemócrata.

Pero Arias, de 68 años, ha rechazado ser neoliberal y dice ser "un socialdemócrata moderno". Es un decidido defensor del medio ambiente y crítico del armamentismo, y del alto gasto militar en América Latina. Su gestión ha encontrado problemas cuando el país comenzó a sentir los efectos de la crisis económica, pues es muy dependiente del comercio con EE.UU.

Arias, quien recibió el 28 de junio al depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, tras ser derrocado y expulsado de su país por los militares, accedió a servir de mediador en el conflicto en Honduras, luego que le hiciera tal solicitud el gobernante de facto, Roberto Micheletti. "Es muy honroso para mí y para Costa Rica ayudar" a superar la crisis en Honduras, dijo el mandatario, quien había condenado enérgicamente el golpe y amenazó con romper relaciones diplomáticas con Tegucigalpa.

"Costa Rica sería el mejor lugar para llevar a cabo un diálogo, por ser un oasis de paz", agregó Arias, en alusión a que su país no tiene fuerzas armadas desde 1948. Sus detractores acusan a Arias de prepotente, soberbio y autosuficiente. Pero sus seguidores destacan su sólida formación de abogado y doctor en ciencias políticas, graduado en Gran Bretaña.

En lo que todos coinciden es que la arena internacional es el escenario que más le gusta al presidente costarricense, quien durante su primer mandato (1986-1990), cumplió una activa labor diplomática para poner fin a las guerras civiles en Centroamérica, lo que le valió el Premio Nobel de la Paz en 1987. (AFP)

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