Queremos agradecer a todo el personal del sector hombres del hospital de Cutral Co y Plaza Huincul que atendió a quien en vida fuera Germán Gamboa, por la dedicación y la calidez humana que manifestaron en los momentos más difíciles que atravesó nuestro padre, especialmente a enfermeros y enfermeras, a todo el cuerpo médico y a los Dres. Néstor Sáez, Ana Laura Sebriano y Carolina Mussin, así como también por la atención recibida de los sectores de laboratorio y seguridad. Gracias por el apoyo y la contención que nos brindaron en todo momento.
Mirando el horizonte por venir, se observan con preocupación el poco interés que moviliza a la generación actual y los problemas acuciantes que viven nuestra patria y el mundo entero. Sobresale la crítica, que considero sin fundamento cuando se hace por mera necesidad de destruir y sin poner ideas claras ni proyectos que hagan que el paisaje desolador que hoy observamos se transforme paulatinamente en un horizonte luminoso para aquellos que tanto lo necesitan. Sin lugar a dudas la juventud tiene un rol importantísimo en esta transformación.
Desde el lugar en el cual les toque desempeñarse, deben ser jóvenes con convicción, compromiso y solidaridad, sabiendo que de ellos se espera todo, que millones de seres tienen toda la esperanza puesta en ellos. El recambio generacional se avecina, que no nos encuentre distraídos. Reflexionemos, que millones de ojitos pequeños nos observan y de nosotros depende que esas miradas tengan luz u oscuridad.
Manos a la obra, jóvenes, que nos espera un arduo trabajo por venir; que no nos suceda como a esta generación en la cual muchos jóvenes no encuentran el camino y se sienten excluidos y marginados.
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OLC
Hermoso palo para nos, los pesimistas..., los chicos y adolescentes que conviven con nosotros absorben nuestros dichos y si destilamos pensamientos incorrectos no podemos pretender que tengan "convicción, compromiso y solidaridad"
"Héroe de nuestro tiempo"
Nos referimos a "Chiquito" Muñoz, un hombre común (no tiene superpoderes) que carga con los problemas que las personas comunes vivimos a diario y que además conlleva complicaciones extras de salud. Es un hombre amable, con un diálogo que transmite calma y experiencia y una sonrisa amigable que invita a la cordialidad. Él demuestra que no desaprovechó la vida y que a pesar de su edad y de las limitaciones que le impone su salud (que no lo frenan) tiene tiempo y ganas de salir todos los días con un balde, una manguera y una herramienta: camina unas cuadras hasta el colegio de la calle Belgrano al 4400 para darles agua a los arbolitos que están en la vereda de esa escuela.
Cuando la municipalidad plantó esos árboles los directivos y el personal del colegio no los regaron y algunos se secaron. "Chiquito" se dio cuenta de tal situación y yendo calladamente todas las tardecitas, a fuerza de voluntad, balde y manguera, salvó los que quedaron... aunque a pesar de su esfuerzo los propios alumnos de la escuela rompieron varios y otros los arrancaron para hacer un estacionamiento para profesores.
Además de destacar la labor de esta buena persona que nos honra con su amistad y con su ejemplo, consideramos que no había necesidad de eliminar los arbolitos para favorecer el estacionamiento y que a los alumnos se los puede involucrar en el cuidado de los mismos para que no los destruyan y podamos entre todos tener una ciudad mejor.
En este invierno, cuando la municipalidad nuevamente coloque árboles en ésa o en otras escuelas, sugerimos que las autoridades hagan propicia la oportunidad para trabajar positivamente sobre el tema y se involucre a docentes, porteros y alumnos en el cuidado de los árboles, para que otros grandes ciudadanos como "Chiquito" florezcan en esta comunidad.
Los vecinos agradecemos y aprendemos de "Chiquito" Muñoz.
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J.P
Admirable el accionar de el benefactor de esos arbolitos ,pero desde los profesores y maestros deberian impulsar ,el amor a nuestros arboles ,que son quienes nos dan la posibilidad de habitar nuestro planeta ,gracias a ellos vivimos ,vuestros alumnos deberian ser quienes desde chicos ,se les enzeñe la funcion que cumplen con el aire que respiramos ,por que es lamentable ,que muchos no sepan cual es la funcion que desarrollan con nuestro medio ambiente ,y que sepan que lo que ven verde y con arboles , antes era todo desertico como lo sigue siendo la alta barda en todo lo largo del valle.
Plantar un arbol es dar vida .-
"La impotencia de los más débiles"
Hace unos días en el centro de Neuquén observé cómo los inspectores municipales de esta ciudad secuestraban mercadería a vendedores ambulantes, a tal punto que a un muchacho que vende películas en la vereda le sacaron toda la mercadería aduciendo que era ilegal vender ese tipo de productos truchos. Lo más insólito del caso es que a escasos metros del secuestro hay un tremendo negocio que vende los mismos productos y al cual no se lo toca.
Allí está la parte de la impotencia que se siente al ver la irregularidad del trabajo de ciertos inspectores municipales.
¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué la ley no es pareja para todos? ¿Acaso aquellos personajes que venden este tipo de mercadería tan sólo por el hecho de tener un local comercial como el mencionado o un puesto en la feria, donde también se vende piratería, sí tienen derecho a no ser tocados? ¿Por qué van directamente al débil, al indefenso? ¿Qué está pasando aquí? ¿Adónde va a parar esa mercadería que secuestran tan seguido? ¿Qué fin tiene?
Son cientos y cientos de películas... ¿quién da cuenta de estos decomisos? Como ciudadano consciente no estoy de acuerdo con que exista la piratería; sé que es ilegal. Lo que me intriga es por qué no tocan a los más grandes, ¿qué hay en medio de todo esto?
Señores, sean justos y apliquen la ley para todos por igual. Basta de discriminar a los más débiles.
En Viedma, un grupo importante de personas, directa o indirectamente, hizo mucha plata fácil con el Estado: funcionarios de los distintos poderes, profesionales, proveedores y contratistas pagan suculentas coimas por obscuros negocios en los que lo menos malo es la coima ya que por ella se eligen las peores opciones y siempre el perjudicado es el pueblo.
Un sector de la clase pobre guardó su bronca, resentimiento y odio a sus orígenes y se llenó de envidia hacia las personas que estaban en una situación económica mejor que la suya. Pasó el tiempo y con astucia -cuando no inmoralidad- logró una situación económica que ni las personas más trabajadoras y ahorrativas pudieron alcanzar conservando parámetros morales.
Ésta es la clase formada por nuevos ricos; son los seres más egoístas, codiciosos, astutos, inescrupulosos e inmorales y proyectan en las personas que trabajan de empleados suyos el odio y la envidia que guardaron durante años.
Un capítulo aparte merece el maltrato que le prodigan al personal doméstico estas señoras, generalmente de doble personalidad, las que se reúnen frecuentemente con sus pares para competir por las cosas que compraron o los viajes que hicieron, en un juego de cinismo e hipocresía que da asco. Así pasan su vida estos personajes incapaces de ayudar a nadie que lo necesite; suelen parecerse mucho a los psicópatas, aquellos que lo cosifican todo y siempre tratan de sacar ventaja de todo. Hay excepciones pero son las menos, y aprovechan esta coyuntura impuesta por la mayoría de los medios de comunicación para dividir al mundo en ganadores y perdedores, entre los que tienen y los que no tienen plata... no importa cómo la hicieron, el asunto es tenerla y eso es lo que les da el valor. Muchos vendieron hasta el alma estafando y robando legalmente, con la impunidad que les da la justicia de los hombres, la que muchos de ellos conocen muy bien.
No tienen condena social y diría más: muchos los envidian, repitiendo así el deseo de convertirse en ricos sin importar los medios. El "Sálvese quien pueda" y el "Soy las cosas y la plata que tengo" parecen ser las consignas de estos tiempos.
Será difícil lograr un mundo mejor mientras esta forma de ser y de pensar predomine en las clases dominantes. Si ser pobre es una desgracia vista como una indignidad hasta por quienes lo son, para millones de personas el mundo será una verdadera condena.
Si no se quiere caer en un desastre social de proporciones considerables es imperioso que el gobierno disponga todos los recursos con que cuenta para atender las necesidades de salud, educación y trabajo de manera casi exclusiva y excluyente.
Los problemas en materia de salud se están convirtiendo en inmanejables y afectan no sólo a las franjas más vulnerables -esto es niños y ancianos- sino a la población en general. Se está convirtiendo en un servicio para pocos; esto es que sólo pueden acceder a él los que pueden pagarlo ya que el Estado fue abandonando paulatinamente su obligación en la materia, tal como sucede con la educación y el trabajo.
La educación es un barco a la deriva: escuelas sin clases, establecimientos en estado edilicio deficiente o ausencia de ellos en proporción coincidente con los reclamos de la gente tanto en grandes centros urbanos como en pequeñas comunidades -siendo ilustrativo en este sentido el reciente reclamo de los pobladores de Villa Meliquina según el cual en 28 años sólo dos personas pudieron culminar sus estudios secundarios-.
Además, en todos los niveles -primario, secundario, terciario y universitario- puede apreciarse un notorio deterioro en la calidad de la prestación, lo que da lugar a promociones que egresan con formación y conocimientos insuficientes. Contar con una educación de nivel es esencial para que los puestos de trabajo de mayor exigencia puedan ser cubiertos por personas formadas en los institutos del país, aunque el dato más dramático respecto del trabajo es su ausencia.
La falta de fuentes laborales mínimas tiene como consecuencia una inmensa masa de desocupados sin tareas ni remuneración, lo que incrementa indirectamente el índice de delitos contra la propiedad y las personas y es fuente de violencia cotidiana -aquí corresponde remarcar el incremento de la violencia familiar, que crece día a día tal como se refleja en la prensa y en los registros judiciales-.
Estamos en un momento crucial de la vida del país. En los rubros enunciados los gobernantes deben actuar con premura, prudencia y justicia. No hay tiempo para postergaciones ni para promesas que no se cumplen: el destino del pueblo de la República está en juego. Se reclaman hechos, más que palabras. De una vez por todas, argentinos a las cosas.