El francés Stéphane Rolland mostró hoy alta costura de máxima calidad al inicio de los desfiles otoño-invierno en París.
Telas delicadamente enrolladas se transformaron en sus manos en motivos que recordaban a la época del Art Déco, bordados en tul parecían como guijarros desperdigados, y capas de seda formaban figuras onduladas.
Junto con largas túnicas de bella caída con los hombros subrayados y faldas godet de estilo victoriano exhibió vestidos mínimos de minifalda tipo años 60 con pequeñas mangas globo, así como trajes de noche abiertos de encaje negro.
En el caso de los colores, Rolland fue moderado: negro, gris humo, arena y blanco destacaron el trabajo realizado en los modelos. La novia llegó como siempre al final con un vestido crema de manga corta muy decente con piedras preciosas y una larga cola.
Los asientos se fueron llenando lentamente, pero al final no quedó ni un hueco para asistir al desfile. La "haute couture", que a diferencia del "prêt-à-porter" se fabrica en piezas únicas, no pasa por una buena temporada.
El programa sólo incluye 20 desfiles en tres días, mucho menos que en los pasados años. Algunas de las casas de modas ya no pueden permitirse el costoso trabajo a mano. Pese a ello, hasta el miércoles se podrá ver a grandes de la moda como Armani, Chanel, Dior, Gaultier y Valentino.
dpa