MOSCú.- En vísperas de la visita a Moscú del presidente estadounidense, Barack Obama, su homólogo ruso, Dmitri Medvedev, condicionó ayer la reducción de su arsenal nuclear al fin de los planes norteamericanos de instalar un sistema antimisiles en Europa central y del este.
Obama llegará para reactivar las relaciones bilaterales, muy deterioradas bajo el mandato de su antecesor, y apuesta para ello por su homólogo Medvedev, en detrimento del primer ministro, Vladimir Putin.
Si Washington sigue adelante con sus planes en Polonia y la República Checa, las fuerzas armadas rusas mantendrán su capacidad nuclear, dijo Medvedev en una entrevista con medios italianos, cuyo contenido fue divulgado ayer por el Kremlin. "Para nosotros, ambas cosas dependen la una de la otra", subrayó el presidente ruso.
Medvedev y Obama tienen previsto acordar un pacto que suceda al Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START, por sus siglas en inglés), que expira el 5 de diciembre.
El mandatario ruso alabó la predisposición al diálogo de la nueva Administración estadounidense en cuanto a su programa antimisiles, frente a la "dureza" mostrada por el predecesor de Obama e impulsor de los planes, George W. Bush.
También Obama dijo en una conversación con los medios de comunicación rusos que las relaciones bilaterales últimamente "no habían sido tan estables como deberían".
Estados Unidos quiere "colaborar con Rusia de igual a igual", subrayó Obama.
Washington afirma que su programa antimisiles está destinado a evitar posibles ataques iraníes, pero Moscú ve en los planes estadounidenses una amenaza a su seguridad.
La Casa Blanca espera que se avance con Rusia en materia de armas estratégicas, dijo Gary Samore, consejero de Obama en asuntos de armas de destrucción masiva.
Hablando en Moscú en la víspera de la visita de Obama, Samore añadió sin embargo que se debe recorrer un largo camino antes de que se consiga un acuerdo para suceder al START.
Numerosos problemas
Hay numerosos problemas por resolver, dijo Samore y puso como ejemplo la contabilización de cabezas nucleares y misiles, así como también la verificación de los pasos de desarme.
En su opinión, los planes estadounidenses para un escudo de defensa antimisiles en República Checa y Polonia no tendrían efecto en las conversaciones sobre desarme.