| Tiempo atrás un lector en este matutino opinaba sobre “El Tren del Valle y su destino de fracaso”. Está bien opinar y está bien que las dudas generadas en proyectos truncos, electoralistas, etcétera, terminen generando hastío en gran parte de la sociedad y, en una Argentina imprevisible, nos obliguen quizás a pecar de decepción, de desencanto y estancamiento y, por qué no, de atraso y más miseria.Esto me hace recordar el cuento de la persona que pincha la cubierta en el campo y sale en busca de que alguien le preste un cricket. “No va andar” (el lector que no lo conozca, que lo busque, ya que no da este espacio para eso).Volviendo al Tren del Valle, por supuesto que existieron reacciones ante las dudas generadas por los pasos a nivel, que si las vías, que si las estaciones, que mi municipio no tiene plata, que las barreras automáticas salen 100.000 dólares, etcétera.Pero esta reacción surge de la acción contraria de un proyecto ciudadano, un proyecto que se tenía olvidado o no existía, un proyecto para el que muchos vecinos metimos la mano en nuestros bolsillos y conseguimos dinero para viajar a reunirnos con legisladores, intendentes, gobernadores, autoridades del gobierno nacional y, desde ya, ciudadanos en cada línea del recorrido del tren para explicar y sumar apoyo, conseguir 10.000 firmas y muchos etcéteras.Si bien la iniciativa al principio parecía más un hobby (por lo menos para los que somos ferroaficionados o nos criamos viajando en trenes), ésta se tornó con el tiempo en una cuestión de Estado biprovincial.Cuando nos reunimos el 20 del setiembre de 2006 en la biblioteca de Cipolletti por primera vez por un aviso en el diario, sólo era un sueño que, lamentablemente para los agoreros, hoy es realidad.Y sí, el tren va a circular por el Alto Valle. Si hay que reeducarnos vialmente, habrá que invertir dinero y seguramente se generarán subsidios (como todos los ferrocarriles de Argentina y, me atrevería, del mundo).Pero también veamos con buenos ojos los nuevos puestos de trabajo. Nos podemos imaginar banderilleros por ejemplo en los pasos a nivel –son unos minutos en la frecuencia que pase el tren (usar los planes trabajar... quizás)–, estudiar cuál se mantiene abierto y cuál no, hacer educación sobre el tema en las escuelas, recuperar estaciones, talleres, un recorrido turístico los fines de semana hasta casi el Dique Ballester, etcétera.El principio va a ser humilde, la empresa que lo opere va a tener trabajo con las fuerzas vivas de los municipios para acordar muchas cosas, pero también vamos a ir dando pequeños pasos.El Tren del Valle va a ser una alternativa, se va a poder elegir cómo quiero viajar, el vecino aprobará o no el servicio, si prefiere el colectivo, la combi o su automóvil.Entendemos que hay limitaciones, que hay obstáculos, que hay mucho trabajo y algo de desconfianza, pero como decía Goethe: “El único hombre que no se equivoca es el que no hace nada”. Pablo Marcelo Wieczorek DNI 17.587.038Comisión Pro Tren del Valle Cipollettitrendelvalle_cipolletti@yahoo.com.ar | |