Le agradezco su buena predisposición y sensibilidad, señor profesor.Digo esto porque generalmente la gente no es así, pero gracias a Dios me di cuenta de que somos muchos más de los que imaginaba los que amamos y respetamos a los animales y me sentí muy acompañada por la solidaridad incondicional de muchas personas.Días atrás una de las perritas de la calle que alimento a diario se cayó al canal grande. Por suerte sólo trae 40 centímetros de agua, ya que ningún ser vivo que tenga la mala suerte de caerse puede salir de allí de manera alguna, mucho menos cuando el canal viene lleno de agua. Es una trampa mortal.La mamá de la perrita caída me avisaba con saltos, lloriqueos y miradas hacia el canal y yo, siguiendo sus señales, me dirigí detrás de su corrida. Allí estaba su hija, llorando porque no podía salir. Ante mi desesperación de no poder sacarla de manera alguna, le pedí ayuda a un señor que pasaba caminando. Él sin dudarlo se metió al canal pero, como no pudo enlazarla porque estaba muy asustada y ya se hacía la noche, este buen señor me dijo: “Señora, no se preocupe; voy caminando por el canal para que ella me siga y salimos a unos 300 ó 400 metros, donde hay una bajada de kayaks”. Y así fue. Él salió mojado hasta las rodillas e inmediatamente me ofrecí a llevarlo a su casa. El señor no quería porque iba a mojar el auto, pero bajo ningún concepto podía yo permitir que se fuese caminando, sobre todo por haber hecho una obra semejante. Lo alcancé, pues, hasta su hogar, donde me dijo que era profesor de la UNC y de otros colegios.Le agradezco nuevamente al señor profesor por su acción humanitaria y por su buena predisposición y sensibilidad.Aprovecho la oportunidad para agradecer a todos los jóvenes que se acercaron para ayudarnos.Dijo Mahatma Gandhi: “La grandeza moral y el progreso de una nación pueden ser medidos por la forma en que son tratados sus animales”. Carmen Dora ChristiansenDNI 10.913.127Roca |