Los tres administradores de Taringa!: Matías Botbol (30 años), Alberto Nakayama (28) y yo, Hernán Botbol (27) Treinta segundos después de que le solicito a Hernán Botbol, uno de los dueños de Taringa!, una fotografía suya para esta entrevista, recibo la imagen de sus administradores: “Matías Botbol (30 años), Alberto Nakayama (28), y yo, Hernán Botbol (27)”, que viene adjunta con sus respectivos nombres y edad. No es casual. Esta sociedad empresaria es también el reflejo de una generación. Son jóvenes, son curiosos, están on line y juntos han construido Taringa!. Pero ¿qué es Taringa!? Aquí es cuando las generaciones comienzan a tomar distancia. Porque si alguien necesita que se le explique esta obviedad, pues, desde ya no es un integrante de la Era Taringa!.Básicamente se trata de un sitio web de entretenimiento, el más visitado de la Argentina pero también uno de los más concurridos del mundo. Taringa! es un gigantesco rompecabezas temático que han elaborado punto por punto sus millones de seguidores a través de sucesivos post con una sola consigna: no ser aburrido.Partiendo de esta premisa todo cabe: programas de diverso tipo, chistes, datos inútiles, datos útiles, consejos, relatos, anécdotas y, si, sexo. En rigor, tanto sexo hubo al principio que esa sección (“No Apto”) debió transformarse en un sitio a parte Poringa.net. Pero esa es otra historia.Ahora Taringa! ha extendido su radio de influencia al papel mediante un libro, editado por Sudamericana, que lleva su nombre. El volumen es una recopilación de casi todo lo que uno pueda imaginar y bastante de aquello que ni siquiera se nos ocurriría que era capaz de contener un libro. Una selección, un compilado, una síntesis de lo mejor y lo más entretenido que haya sido jamás posteado en el famoso web site. Como corresponde, “Río Negro” conversó vía mail con Hernán Botbol.–Leyendo acerca del libro y pensando también en el Taringa net, recordé el famoso y millonario Selecciones del Reader’s Digest, un libro-revista que al final nunca soportó una categorización ¿Se han imaginado un éxito o un producto semejante pero nacido en la red? (sería como encontrarle al fin la pata de oro a este gato)–Desde que empezamos con Taringa, desde el día cero, siempre trabajamos para poder lograr que el sitio sea funcional, divertido, práctico y popular. Ese fue nuestro objetivo, nuestro idea. Podemos decir que con algo de suerte pero con muchísimo esfuerzo estamos consiguiendo lo que quisimos. El libro es una representación, una maqueta, de lo que Taringa! significa, es una recopilación de lo mejor y más interesante que se fue publicando por los usuarios. Utilizamos filtros como “más favoritos” , “más votados”, “más comentados” etc., para hacer una primera selección de lo que al taringuero le gusta. Y si a los 2.4 millones de usuarios que tiene el sitio, los tomamos como una muestra representativa de la sociedad (estadísticamente cumple con la condición) podemos decir que el contenido del libro trata sobre lo que la gente quiere ver. Por lo tanto, si el éxito está medido por las ventas, pensamos que sí puede ser comprado por mucha gente y ser un éxito.–El hecho de lanzar este libro de Taringa es también un riesgo porque, hago hipótesis al respecto, tal vez ustedes estén tratando captar a un consumidor que lee en pantalla pero no en papel (ni compra) ¿Existe realmente una brecha generacional entre una forma de lectura y otra? o dicho de otro modo ¿Los seguirán sus lectores de la net al papel o esperan captar nuevos consumidores?–Éste es un libro que no compite con Borges, o con “Crítica de la razón pura” de Kant. Es un libro amigable, los posts son cortos, de interés general, tienen una duración máxima de 10 minutos, ideales para leer en el colectivo, en la fila del banco, en el baño... Además no es necesario seguir un orden lineal, se puede abrir el libro en cualquier página y siempre habrá algo interesante para leer. Generacionalmente, el público fuerte de Internet lee y escribe muchísimo más que la generación anterior (la que está atrapada en la tevé). El solo hecho de conectarse a Internet y navegar, obliga a estar leyendo y escribiendo constantemente, y a tener el cerebro mucho más activo que lo suele estar al mirar televisión. Dicho esto, emito que seguramente para el usuario leer el libro no opondrá mucha resistencia.–¿Qué NO es Taringa?–Taringa no es un sitio aburrido, monótono, previsible ni homogéneo.–Si Taringa se viera tentada a cometer un pecado capital, ¿cuál sería este?–Seguramente sería la lujuria... Si es que justo está caído Poringa!–¿Han soñado el futuro de Taringa? Y si fue así: cuál fue el sueño más dulce y cuál el sueño más amargo.–Internet es uno de los mercados más dinámicos, más cambiantes y menos proyectables, por lo que constantemente debemos estar pendientes y atentos a los cambios y a las novedades que viene, no podemos tener un plan de acá a cinco años porque quedaría obsoleto en pocos meses. De todas formas, como objetivo mayor, nuestro sueño es el de seguir haciendo crecer Taringa!, aumentar y agregar las funcionalidades y expandir las regiones. (Ya salió Taringa! en portugués y en un tiempo más vendrá la versión en inglés). Un sueño amargo o pesadilla, se presentaría si se sancionan a nivel mundial leyes que restrinjan la libertad que tiene hoy Internet. Una Internet dominada y controlada por pocos o por un estado arcaico y sin posibilidad de expresión libre sería lo más triste que pudiera pasar.–¿Cómo caracterizarías al consumidor de Taringa.net?–El consumidor/usuario de Taringa suele ser: curioso, divertido, pícaro, polémico, inteligente, colaborador.–Debo confesarme alguien que empezó a ir a Taringa empujado por esa voluptuosa sección que antes tenía llamada Poringa. Luego de que la movieron a una dirección propia no volví a la tierra madre ¿Es Poringa el hermano travieso de Taringa?–Quizá sea el único caso en el mundo donde se haya formado una comunidad de gente que comparte material pornográfico. Si bien hay millones de sitios pornos en internet, al menos yo, no he visto ningún otro en donde sean los mismos usuarios los que crean, comparten y califican el contenido. Estoy seguro de que no sólo un sociólogo se haría una fiesta en el sitio.–¿Hay modelo de negocio para Taringa? Lo digo justo ahora que parece un tema candente no sólo para ustedes sino para otros sitios que tienen millones de visitantes.–Sí, por supuesto, desde el primer día tuvimos en claro el modelo de negocio y también tenemos claro que se mantendrá así. Como cualquier medio, Taringa intenta conseguir la mayor cantidad de visitantes para luego mostrarle publicidad de anunciantes.–Si Taringa fuera una suerte de super cerebro o dios digital, qué respondería a lo siguiente: ¿Existe Dios, según Taringa? ¿Maradona debe dirigir la selección, según Taringa? ¿Cuál es la mujer más sexy de la Argentina, según Taringa? ¿Algún libro que me pueda recomendar el dios Taringa (pero que no sea la versión libro de Taringa)? ¿Qué es la Argentina, según Taringa? ¿Qué es Taringa, según Taringa?–Taringa sería por momentos ateo, por otros creyente, pero casi siempre cuestionaría a la iglesia.–Si gana el equipo Maradona sería nuevamente un Dios, si pierde lo deberían crucificar.–Hay muchas mujeres hermosas, pero la que seguro es la más deseada es Wanda Nara, quien ha mostrado muchas de sus excelentes habilidades.–Seguramente alguno de Cortázar...–Argentina es: los redondos, el asado, el sur, las minitas, el acento cordobés, River, Boca, el fernet con coca, la política, la pizza... Y una gran cantidad de cosas buenas y malas por las cuales nos peleamos, nos amamos y nos volvemos a pelear. Taringa!, el libro: elogio del dato inútilCómo anudarse una corbata. Cómo conseguir cervezas frías en dos minutos. Cómo levantarse a una chica haciéndose el millonario o el karateca ¿Por qué los mosquitos pican más a unas personas que otras? ¿Sabía usted que las tres Carabelas de Colón fueron sólo tres? ¿Enterraban los piratas sus tesoros? ¿Por qué los capítulos de Los Simpson son mejores ahora? Y así, la lista es interminable, creativa y hasta cierto punto insólita. Taringa, el libro merece al menos dos miradas distintas: la del fanático, la del curioso sin remedio, la del pibe que busca sólo reirse, la del aburrido que espera salir de su orfandad; y la otra, la del intelectual, el estudioso, el sociólogo, que quiere entender algo más sobre los gustos de millones de jóvenes que viven y palpitan en este país. Visto así Tartinga, el libro, es tanto el paraíso del dato inútil (aunque delicioso) como una fuente de numerosas pistas generacionales o, mejor dicho, un estudio sociológico a pesar de sí mismo. |