Hasta el miércoles se exhibe en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan Sánchez el Premio Fundación Williams de Arte Joven. Le asignamos generosamente un amplio espacio en nuestro calendario de muestras, (está allí desde el 9 de mayo) intuyendo que el conjunto seleccionado sería un recorte representativo de una generación de artistas y una celebración de la pinturaLa Fundación Williams convocó por primera vez a un premio de pintura, contando con el asesoramiento de Nora Iniesta, artista de una larga trayectoria nacional e internacional, y un prestigioso Jurado integrado por la crítica de arte Alicia de Arteaga, el curador Rodrigo Alonso y el artista Diego Perrota, quienes seleccionaron treinta y nueve obras expuestas en diciembre de 2008 en el Centro Cultural Borges.El Primer Premio Adquisición dotado con $ 15.000 lo obtuvo Nicolás Sara (Rafaela); el Segundo Premio Adquisición: $ 8.000, Paula Senderowicz (Buenos Aires) y el Tercer Premio Adquisición:$ 5.000, Loreto Garín Guzmán (Valparaíso - Buenos Aires). Las Menciones Honoríficas del Jurado fueron para Natalia Biasioli, María Giustinian y Magdalena Murúa.La selección incluye obras de Marcos Acosta, Andrés Aizicovich, Gabriel Baggio, Juan Ignacio Balza, Juan Barletta, Carla Bertone, Evangelina Cipriani, Laura Codega, Diego Dayer, Martín Di Paola, Verónica Di Toro, Noelia Farías, Estanislao Florido, Margarita Garcia Faure, Alejandro Gigli, Bruno Grisanti, Santiago Iturralde, Juan Martín Juares, Martín Legón, Julio Alan Lepez, Emiliano López, Pablo Lozano, Agustina Mihura, Alejandro Musich, Luz Novillo Corvalán, Ramiro Gonzalo Oller, Paula Otegui, Sebastián Pastorino, San Poggio, Magdalena Rantica, Leila Tschopp, Mariela Yabo y Leandro Yadanza. Al recorrer la muestra se evidencia la amplitud con que se movió el Jurado, no solo por la pluralidad de lenguajes presentes sino en la aceptación de distintas escalas y formatos de obra, polípticos regulares y también de medidas variables (en la obra “Puchero” de Leandro Yadanza la parte más pequeña mide ocho por siete centímetros); la obra de Evangelina Cipriani de veinte por veinte centímetros sería impensable en la mayoría de los Salones y Concursos donde predominan en metros, las “dos por dos”. También es destacable la valorización de técnicas y soportes considerados menores, como la acuarela sobre papel “Nevando Buenos Aires” de Paula Senderowicz que obtuvo el Segundo Premio. Las mencionadas son obras íntimas que requieren una pausa reflexiva para su contemplación. Lo contrario del impacto cromático de intensidad creciente, casi insoportable para el ojo, de “Sin título” de Nicolás Sara una llama heráldica roja en un campo verde que mereció el Primer Premio. Todas las obras expuestas son buenos y en algunos casos relevantes ejemplos de cada tendencia, la geometría y estructuras racionales, la geometría sensible, la abstracción, lo surreal, los realismos, lo óptico y lo pop y las aproximaciones a lo primitivo y al art brut. Resultan muy didácticos los distintos recursos para abordar el paisaje, el urbano en el despojado y monumental “Tribunales” de Leila Tschopp; la cita “fauvista” en la exaltación del color de “Sauce y nogal” de Bruno Grisanti; curiosamente hay varios paisajes con pinos, la influencia gráfica en la síntesis y tramas lineales de “Pinos” de Agustina Mihura y “TM: The End” de Ramiro Gonzalo Oller; la de la historieta en el irónico avión siniestrado de “Sin Título” de Andrés Aizicovich, uno de los trabajos favoritos de los alumnos primarios como comprobamos a lo largo de las visitas guiadas; el paisaje interior con un fuerte sustrato informal en “Casi Nocturno” de Marcos Acosta y es también un paisaje del suburbio el que se recorta en las siluetas de “Pibes de barrio” de Alejandro Gigli.Hay pinos en el inquietante y crepuscular paisaje de Noelia Farías habitado por una niña con un guante “ovejita” y un oso, la presunta inocencia de los cuentos infantiles, la atracción por el monstruo.La siempre atrayente representación realista de la figura humana, encuentra un punto muy alto en “Ser parte” de Diego Dayer, con un material tradicional cómo el óleo nos presenta a los desafiantes integrantes de una “tribu urbana”; en esta línea y con el mismo material se destaca imponente una cabeza femenina con sus labios rojos de Juan Barletta, que estudió en la Escuela de Bellas Artes de Neuquén, imagen vinculada al mundo publicitario de los productos para mujer, a las perfectas y tersas modelos para farmacias.Para completar los géneros tradicionales presentes en todos los museos, hay “naturalezas muertas” como “Mercado” de María Giustinian y “Puchero” de Leandro Yadanza y representación de animales como la cabeza de ciervo de grueso empaste de Alejandro Musich titulada “Ágil y Luminoso” y “Los gatos” una apoteosis del color y lo vegetal con perfume “kisch” de Magdalena Rantica.Y el panorama se completa aún más, con la influencia de lo popular, del outsider art y lo primitivo y el uso de materiales deliberadamente pobres como en la obra “11 cartones” de Juan Martín Juares, alusión a los exvotos, promesas de las iglesias y santuarios, verdaderas “instalaciones” construidas a través del tiempo por seres anónimos.Me parece oportuno citar para terminar a Luis Felipe Noé, no sólo porque está representando a la Argentina en la 53a Bienal de Venecia sino por su pensamiento que apunta a reflexionar sobre la Pintura, sobre el “cuerpo” de la Pintura más que sobre el Arte: “…la marcha del discurso plástico tiene tantas posibilidades como personas lo practiquen. Lo que también es una forma de admitir la democratización de la pintura, ya que deja de tener sentido la existencia de una élite poseedora de sus secretos. Pero, ante todo la nueva sensibilidad se abre a una globalización del lenguaje de la pintura. Más allá de todas las codificaciones particulares (o sea idiomáticas) propias de cada tendencia, se trata de asumir toda la pintura como un solo lenguaje. La nueva sensibilidad en la pintura nos manifiesta esta voluntad de sobrepasar las vanguardias que elevan particularidades del lenguaje plástico a la categoría de absolutos (como si un idioma se compusiese nada más que de verbos y otro solamente de adjetivos) para llegar a jugar con todo el lenguaje posible de la pintura. Y en esta necesidad siempre he creído. La pintura de los generalistas se revela contra la de los especialistas”. (1) (*) Lic. en Pintura.Director del MMBA “Juan Sánchez” (1) Noé El color y las artes plásticas - SA ALBA - 1988 - Pág. 116 |