Viernes 03 de Julio de 2009 > Cultura y Espectaculos
Artista argentina es la modelo de libros de Stieg Larsson 
Su rostro ilustra la trilogía más exitosa de los últimos tiempos "Millennium" del escritor sueco.

La artista argentina Tamara Villoslada no podía imaginar que su rostro iba a estar en todas partes: en supermercados, estaciones de metro, aeropuertos y librerías. Porque su imagen ilustra la traducción española de la trilogía más exitosa de los últimos tiempos, "Millennium", del fallecido escritor sueco Stieg Larsson.

Según publica hoy el diario "El País", se trata de cuadros del artista catalán Gino Rubert, ex pareja de la argentina, que fueron elegidos por la editorial Destino para ilustrar las portadas de una serie de novelas que requerían que se tratara de imágenes inquietantes: "Los hombres que no amaban a las mujeres", "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" y "La reina en el palacio de las corrientes de aire".

Cuando la editorial le hizo el encargo en 2007, nadie podía prever que sus cuadros, que parten de fotografías que él luego transfigura, iban a ilustrar los millones de ejemplares vendidos, señala el periódico.

De hecho, en la portada del segundo libro también aparecía Rubert, pero fue borrado porque los responsables querían centrarse en la figura femenina delgada y de cabello largo que no se parece mucho a la protagonista del libro Lisbeth Salander (de pelo corto y piercings), pero que comparte con ella esa dualidad entre la fortaleza y la debilidad.

Rubert dice ahora que no quiere convertirse en "el pintor de las cubiertas de Larsson", mientras que Villoslada señala que no le ha cambiado la vida. "Sigo viéndome dentro de una obra de Gino. A veces me miro bien y me pregunto qué pinto ahí", señala, y añade respecto de la obra de su ex: "En la vida real me identifico más con esa fragilidad disfrazada de dureza de Lisbeth que con las mujeres más dominantes y manipuladoras de Gino".

 Rubert no siente rivalidad sino complicidad entre sus personajes femeninos y masculinos. Por ejemplo, en la portada del segundo libro la mujer aparece atada, pero casi sonriente. "Me interesa la ambigüedad, la confusión entre un cuerpo que te habla de sumisión y dolor y un rostro que te habla de altivez y suficiencia". Lo más interesante, cita al artista el periódico, es "lo inquietante, lo siniestro y lo extraño" que rodea las relaciones entre hombres y mujeres.

dpa 

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