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OPINIÓN: Niños en casa, ¡pandemia! | ||
Por la actual pandemia gripal los niños y adolescentes deben estar en casa y eso asusta. Y es una oportunidad. La oportunidad de encontrarse con ellos y conocer un poco más de sus gustos, inquietudes y necesidades. Si toda crisis es una oportunidad, ¿por qué no las pandemias? "Presos en casa", de vacaciones ansiadas pero con programaciones abortadas por la sugerencia de quedarse en reclusión. Pandemia, hoy es la gripe A pero sufrimos de otras que gozan de un tratamiento hasta ahora tal vez errado, incompleto, escaso? La gripe A está entre nosotros. Pero también lo están el dengue, el cólera, la desnutrición, el sida, la neumonía, la gripe común, los niños que van a sus casas luego de la guardia y mueren por frío?sufrimos de violencia física y psíquica. ¿Será una pandemia las dificultades de conducta, de aprendizaje y de relación? De alguna de ellas no depositemos culpa a los políticos y observemos nuestras debilidades para poder modificarlas. Los niños no juegan demasiado y eso es preocupante. Porque jugar es la posibilidad de encontrarse con uno mismo al encontrarse con otro. Sea adulto o par. Es conocer cómo se crea, se piensa. Da la posibilidad de imaginar y de tomar reglas de afuera. El juego es el lenguaje de los niños. Brinda la posibilidad de elaborar situaciones problemáticas y también de arribar a acuerdos. Un niño que juega, aprende mejor y es menos violento porque puede tener canales de elaboración de situaciones que no implica el cuerpo del otro. ¡Podemos jugar con ellos y es una riqueza absoluta! No importa a qué. Lo mejor es convertirnos en vuestro juguete y que nos propongan algo. Jugar es olvidarse de todo para disfrutar a pleno de la vida. Jamás un niño olvidará los momentos compartidos con los padres. Y no sólo va a transformarse en recuerdo. Un niño que juega con los padres se distiende, tiene más confianza en sí mismo. Tiene herramientas para enfrentar las dificultades cotidianas. Rayuela, payana, bolitas, tinenti, ta-te-ti, loterías, cuentos, bailes, cocinar, mancha, escondida, inventemos prendas. Es una buena oportunidad para recordar lo que jugábamos de niños y transmitir cultura, la cultura del juego en la que tan felices fuimos y extrañamos. Apaguemos la tevé, la compu y la play. Escuchemos música o sólo el sonido de nuestra niñez y la de nuestros hijos que merecen lo mejor. Cuidemos su salud, física y mental.
LAURA COLLAVINI (*) (*) Psicopedagoga | ||
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