ROCA (AR).- Varios de los testigos que declararon ayer en el juicio por el asesinato de la joven roquense Laura Nahuelcar mencionaron a un sujeto apodado "Mono", quien podría haber estado junto con el imputado, Ramón "Metal" Sosa, la noche en que la víctima fue asesinada de 50 puñaladas en el barrio Quinta 25 de Roca. Nadie lo conoce, ninguno de los testigos lo vio, pero inquietó la declaración de una mujer, vecina de Sosa, que aseguró varias veces ante los jueces de la Cámara Criminal Segunda que la noche del crimen escuchó a dos hombres discutir poco antes de que se descubriera el asesinato. "Cuando estábamos cenando sentí que discutían, pero eran dos hombres, no sentí la voz de ninguna mujer, estoy segura. No salí porque mi marido me dijo que no me meta", declaró Estela Nancy Farías.

Pero su testimonio no acabó allí. La mujer también afirmó que estando ya la policía en la vivienda de calle Catamarca al 3.800, donde ocurrió el asesinato, se acercó hasta el lugar para ver lo que ocurría. Poco después regresó a su casa con la idea de cerrar las puertas con llave y regresar a la escena del crimen y fue entonces que escuchó "la voz de un hombre" que la llamaba desde el baño de otra casa vecina. "Estaba como escondido; me asusté, salí corriendo y le avisé a la policía. Ellos fueron a revisar pero no encontraron rastros de nada", juró la testigo.

La aparición de "el Mono" surgió durante la primera jornada del juicio, en la que otro testigo afirmó que tras el crimen, Sosa le habría pedido que llamara a la policía afirmando que "el Mono se mandó una cagada en la cueva".

El proceso pasó ayer a un cuarto intermedio sin fecha precisa para retomar las audiencias. Durante ese lapso, el tribunal deberá ubicar a los dos testigos que aún no pudieron ser citados por desconocerse su paradero. Además, a través del Cuerpo Médico Forense se realizará una pericia psicológica a Sosa para determinar si al momento de los hechos podía o no comprender la criminalidad de sus actos y dirigir sus acciones.