Jueves 02 de Julio de 2009 Edicion impresa pag. 35 > Deportes
Borracho de alegría
Con dos goles de Boselli, el Pincha se metió en la final. Ahora sueña con el "tetra" y espera por un brasileño.

La imagen valió más que mil palabras. Decenas de brazos estrechados en el centro de la cancha, brazos rayados, brazos albirrojos. Este Estudiantes de Alejandro Sabella ya hace historia incluso sin su jugador más importante. En Uruguay se paró con guapeza, venció 2-1 a Nacional en un estadio Centenario que pareció un hervidero, y se metió en la final de la Libertadores después de 38 años.

El Pincha llegó al místico estadio Centenario de Montevideo generando algunas dudas, la mayor de ellas si tendría tranquilidad y temple para afrontar una semifinal de estas características sin JS Verón. Durante los primeros 45 minutos el equipo de Sabella se paró en la cancha con nervios de acero, firmeza y prestancia.

Es más, por momento a algunos jugadores se los notó hasta sobrados de confianza. En el fondo el Flaco Schiavi y Leandro Desábato fueron reyes en las alturas y no tuvieron complicaciones en el llano, mientras que en la avanzada Gastón Fernández estuvo activo y Mauro Boselli siempre al acecho. Nacional tuvo el balón pero no creó situaciones claras, salvo un par de desbordes que terminó mal el ex Boca Marcos Mondaini.

La visita contó con las tres más peligrosas: a los 11 la Gata le puso un pase bárbaro a Boselli pero Rodrigo Muñoz llegó antes; a los 42 Pérez la armó por derecha pero la terminó mal; y a los 45 un centro picante de JM Díaz casi acaba en gol de Boselli.

En el arranque del epílogo, Lodeiro amenazó pero falló. El que no se quedó en la intimidación fue Estudiantes, que golpeó a los 7 porque Sebastián Coates intentó salir jugando, la perdió con la Gata y Boselli definió como los dioses.

Nacional se desesperó, Estudiantes lo contuvo y desaprovechó un par de contras, sufrió con el empate de Alexander Medina (en la única que perdió Schiavi) y pasó momentos de zozobra en el final, hasta que el ex delantero de Boca, en una contra, puso el 2-1 definitivo.

El Pincha golpeó justo, aguantó y ahora va por el "tetra" (´68, ´69 y ´70). Y por la historia.

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