TEGUCIGALPA.- El derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya anunció ayer que postergó hasta el fin de semana su regreso a Honduras, tal como "todos los países lo han solicitado´´ y de acuerdo con el ultimátum dado por la OEA al gobierno instaurado en su país.
Paralelamente el Congreso hondureño aprobó ayer la suspensión de algunas garantías individuales durante las horas en que está vigente un toque de queda, y el gobierno de Roberto Micheletti desafió el ultimátum de la OEA de restituir al depuesto presidente Manuel Zelaya.
"A partir de hoy (por ayer) la OEA unánimemente ha pedido que se le dé 72 horas que ha empezado su cuenta regresiva (al gobierno de Roberto Micheletti) con el fin de iniciar un proceso para mi retorno a Honduras´´, expresó a la prensa Zelaya a su llegada al acto de toma de posesión de Ricardo Martinelli como presidente de Panamá. "Voy a respetar esas 72 horas que ha pedido la OEA. Todos los países lo han solicitado con el fin de hacer un retorno ordenado y apoyado´´, agregó el ex mandatario.
En Tegucigalpa, el acuerdo del Congreso para suspender garantías fue avalado por aclamación y suspende la libertad de asociación y de circulación, entre otras, dijo a periodistas el diputado Rolando Dubón, del oficialista Partido Liberal.
"No se trata de un estado de estado de excepción ni de un estado de sitio´´, aseguró.
"Esto se hace por el riesgo que existe porque se sospecha que hay muchas personas de otros países en Honduras y se teme que puedan estar intentado acciones contra la ciudadanía y el nuevo gobierno´´, añadió, aunque no dio más detalles sobre la supuesta presencia de extranjeros.
Está previsto que el toque de queda, al menos hasta mañana, se aplique de las 10 de la noche a las 5 de la mañana, aunque el decreto legislativo establece que "podrá prorrogarse por más tiempo en caso que las circunstancias lo ameriten´´.
Los artículos suspendidos temporalmente son los 71, 78, 79, 80 y 81.
Con las medidas, las autoridades podrán detener a cualquiera por más de 24 horas, prohibir a las personas reunirse o participar en manifestaciones públicas, impedir que presenten peticiones y no circular libremente, salir, entrar y permanecer en el territorio nacional.
Por su parte, El gobierno desafió ayer el ultimátum de la OEA de restituir al depuesto presidente Zelaya, mientras los hondureños divididos volvieron a tomar las calles tanto para apoyar al mandatario designado Roberto Micheletti como para exigir el regreso del gobernante derrocado.
Unas horas después de que la OEA pusiera un plazo de tres días para que se restituya en el poder a Zelaya, el gobierno de Micheletti advirtió que no admite intervenciones externas.
"No estamos dispuestos a restituirlo, porque él ha cometido delitos´´, declaró ayer a la radio colombiana La FM.
"Esperamos la comprensión y la rectificación de estos países que realmente sólo han escuchado una parte del problema´´, señaló. (AP/AFP)