NEUQUÉN (AN)- El sujeto que se fugó el lunes de la comisaría 12 de esta capital y que aún no fue recapturado, estaba en el medio de una puja entre jueces y policías por su lugar de detención.

Según se supo ayer, Sergio Díaz (26 años, condenado por la Cámara de Cutral Co) está considerado peligroso y cuenta con varias fugas e intentos de fuga en su haber. Pero también fue víctima en numerosas ocasiones de apremios ilegales, en especial cada vez que lo destinaban a la Unidad 11 del Parque Industrial.

Ante la gran cantidad de denuncias que había presentado contra los efectivos de esa unidad, la Cámara de Cutral Co había dispuesto que se lo alojara en cualquier otro establecimiento, menos en esa cárcel.

Fuentes judiciales explicaron ayer a "Río Negro" que el lugar de detención lo dispone la policía y no el juez que imparte la orden. La aclaración se produjo porque voceros policiales expresaron su malestar por la fuga e informaron que fue la cámara la que dispuso alojar a Díaz en una unidad que no cuenta con las condiciones de seguridad necesarias para contener a un sujeto de sus características.

Según trascendió, los problemas con el lugar de detención de Díaz comenzaron a mediados del año pasado cuando el interno empezó a denunciar que los guardias de la Unidad 11 le pegaban.

Estuvo en varias cárceles de la provincia, pero la policía siempre lo volvía a ubicar en la prisión del Parque Industrial con el argumento de que por razones de seguridad, era la única que garantizaba que no se fugara.

Se supo también que los jueces de la Cámara de Cutral Co le dieron intervención a la fiscalía porque los jefes de la Unidad 11 no les remitían un certificado médico de Díaz, quien en los últimos tiempos había dejado de hacer denuncias porque cada vez le pegaban más.

Incluso la Cámara llegó a ordenar que le pusieran una custodia especial, permanente e identificada, para evitar nuevos casos de apremios ilegales.

De acuerdo con la información policial, Díaz se fugó tras cortar un barrote, llegar a un patio y trepar un muro de 7 metros de alto. Lo acompañó otro interno, Miguel López, quien fue detenido momento después.