ROCA (AR).- Con los primeros resultados provisorios en mano, pero que ya adelantaban un triunfo seguro y delineaban un nuevo escenario provincial, el candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria, Oscar Albrieu se mostró -poco antes de las 21 de ayer- como el gran triunfador de la jornada electoral en Río Negro.
Flanqueado, como ocurrió a lo largo de toda la campaña, por el intendente de Roca, Carlos Soria, ambos exhibieron exultantes la victoria que obtuvieron, según "cálculos propios del PJ", por alrededor de 3.000 votos de diferencia en la provincia.
Fue un "mensaje directo" al gobierno de Miguel Saiz, leyó Soria tras la elección, a quien le pidió que tenga en cuenta el lenguaje de las urnas.
Apenas conocidos los primeros datos en el local montado por los justicialistas en una oficina de un céntrico edificio, programaron la conferencia de prensa. Después de más de 10 minutos en que Soria acaparó el micrófono, Albrieu se reconoció como ganador. Esto ocurrió en una céntrica confitería roquense, donde se congregaron militantes justicialistas que se ganaron su propio espacio a puro bombo y cánticos poco improvisados.
Con la mirada puesta en el escenario provincial, Soria no se olvidó de nadie: agradeció, casi una a una, a las localidades "que acompañaron" su propuesta, a los "compañeros" del partido y también a aquellos que se sienten "defraudados" por dirigentes del gobierno de turno. "Los abrazamos de corazón", dijo.
"Son resultados provisorios con datos propios y nos dicen que estamos ganando. No esperábamos resultados tan sorprendentes como en San Carlos de Bariloche, los pagos de uno de los candidatos, y no imaginábamos un resultado tan holgado en Roca", sostuvo Soria, desde el arranque.
Pero tras los múltiples "agradecimientos", enfocó claramente su objetivo: este "es un mensaje directo al gobierno que, sin lugar a dudas, no ha hecho las cosas suficientemente bien o se ha equivocado demasiado o tiene demasiadas denuncias encima. Está indicando al gobernador que están empezando a perder la confianza", sostuvo. Y también se refirió, sin vueltas, a aquellos a los que su partido "los ha defraudado": "los abrazamos y de corazón les decimos que nos ayuden a gobernar desde el 2011", apuntó con menos rodeos aún.
Pese a la algarabía y la felicidad que embargó a Soria y a su entorno, Albrieu se mostró más distendido y medido en sus palabras: prefirió no hablar de la elección a priori, sin los resultados finales en la mano, aunque dedicó un párrafo especial al apoyo de "mi amigo, mi compañero Carlos Soria, que tanto trabajó" en la campaña. Pichetto no estuvo fuera de los elogios.