VIEDMA (AV).- Una joven, brutalmente golpeada acusó a la Policía viedmense. Daiana Allapán de 20 años aseguró a su familia que en la madrugada del sábado al salir del boliche y cuando se dirigía a su casa en el barrio Lavalle fue fuertemente golpeada en la cabeza y de atrás.
Detalló que cuando se dio vuelta vio a un policía que nuevamente le asestó otro puñetazo en el rostro pero que la derribó un fuerte golpe con una cachiporra que le habría asestado otro policía. En el piso y con la cara sangrando logró reincorporarse y se acercó -como pudo- a dos personas en moto y con cascos que no supo señalar si eran policías o inspectores de tránsito, pero si recordó que al preguntarles por qué le habían pegado le respondieron "nosotros no fuimos, tenemos casco". Con una visión disminuida por la sangre que le corría por la cara igual logró acercarse a un patrullero y apoyándose en la ventanilla del conductor formuló la misma pregunta encontrando una respuesta negativa. "Pendeja de mierda" fue lo último que recordó escuchar antes que el patrullero arrancara con violencia y la tirara sobre el asfalto, donde ayer aún podía observarse la huella de la sangre.
"Menos mal que esto no se lo hicieron en la ruta porque hoy mi hija sería otro Atahualpa", dijo entre sollozos Julia la madre de la joven y de otros seis hijos "a quienes siempre les inculqué respeto por la Policía porque son trabajadores como cualquier otro que nos protegen pero ahora no pienso lo mismo. Muy por el contrario muchos no debieran llevar ese uniforme".
Julia destacó que al momento de llegar la ambulancia a la avenida Caseros donde estaba tirada su hija ningún policía se encontraba en el lugar. Además agregó que a las pocas horas cuando fue a radicar la denuncia a la comisaría 34 del barrio América "quien nos atendió adelantó que un joven testigo que estaba allí había señalado que mi hija se tiró contra el patrullero y mientras se retiraba de la comisaría el joven ofrecía a la Policía su celular por si lo requerían. También el policía nos mostró que el médico policial certificaba lesiones leves cuando mi hija deberá ser operada porque tiene fracturado el maxilar".
Julia trabaja en forma privada y junto con su hija y otras mujeres en el grupo solidario Vientos al Sur.
