Ninguno de los candidatos lo usó, en cambio todos los efectivos de Prefectura Naval y algunos gendarmes afectados a la seguridad del comicio tuvieron sus bocas y narices tapadas por los barbijos, el distintivo en las escuelas de votación para estas elecciones generales, a modo de prevención por la influenza A.

En mayor o menor medida se vio votantes con ese protector haciendo las filas frente a las mesas, sobre todo en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, donde se produjo la mayor cantidad de casos de gripe A, que en la Argentina provocó 26 muertes. También hubo autoridades y fiscales de mesa con barbijos aunque fue minoritario el número de los que utilizaron ese elemento.

Ante la consulta a quienes portaron ese implemento, el argumento de la gente osciló entre la prevención y el directo temor a un contagio. Un caso puntual del miedo a contraer la enfermedad se dio en la ciudad rionegrina de General Roca, donde una presidenta de mesa tuvo que dejar su función porque los sufragantes se negaban a votar porque sospechaban que la mujer presentaba signos de un estado gripal. Algunos de los votantes exigieron el reemplazo de la mujer y las autoridades electorales en la escuela 128 de esa ciudad del Alto Valle designaron a un nuevo presidente con lo cual continuó el comicio.

Así como a ninguno de los candidatos se lo vio con un barbijo, tampoco respetaron las recomendaciones que dio la ministra de Salud, Graciela Ocaña, de mantener una distancia de un metro respecto de otras personas en las hileras en la espera de emitir sufragio.

No lo hicieron oficialistas ni opositores. Encima, los candidatos quedaron a escasos centímetros de los periodistas en apretujadas ruedas de prensa. Así como el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, optó por abstenerse de dar la mano a las autoridades y fiscales de mesa en el tradicional Colegio Nacional de Buenos Aires, a modo de respetar la recomendación sanitaria, pidió no hacer "alarmismo" ante la pandemia.

En cambio, el primer candidato a diputado de Unión Pro en Buenos Aires, Francisco De Narváez, fue acompañado por su esposa con un avanzado embarazo exponiéndose sin necesidad en la escuela donde votó su marido.

Lo mismo ocurrió en Dique Luján, Tigre, adonde el gobernador bonaerense y candidato a diputado, Daniel Scioli, llegó acompañado por su esposa, Karina Rabolini.

Pese a las recomendaciones no en todas las mesas hubo alcohol en gel para autoridades de mesa y votantes. Solo en algunas pocas escuelas los presidentes de mesa dispusieron que frente a sus mesas se limite de dos a cinco personas en las filas.

DyN