El Luna Park, ese mítico escenario de ensueño para cualquier boxeador, explotó cuando la última mano de El Huracán entró con sagacidad y justeza. Entonces sí fue tiempo de festejo, de hablar de un nuevo récord, de expresar que desea seguir peleando, que tiene cuerda para rato.
Omar Narváez, invicto (30-0-2, 19 KO) y glorioso chubutense, reavivó su romance con la catedral del box nacional al conservar por decimosexta vez el título mundial mosca OMB noqueando al mexicano Omar "Lobito" Soto (17-5-1, 11 KO) en el undécimo round de un duelo emocionante.
Distinguido como uno de los siete "Súper campeones" de la actualidad, el sureño se reencontró en una noche inolvidable con el público que lo vio coronarse el 13 de julio de 2002, cuando se impuso por puntos al nicaragüense Adonis Rivas.
Hacía dos años, desde su victoria ante el colombiano Walberto Ramos, que "El Huracán" no boxeaba en el estadio de Corrientes y Bouchard.
"Gracias a Dios sigo peleando con inteligencia. Estoy bien preparado pero la experiencia, la táctica y la técnica sobresalen. Creo que fui más inteligente que boxeador y peleador. Acá la experiencia juega un rol importante", aseguró el pugilista de 33 años.
Acerca de la pelea, señaló que la clave fue " buscarlo de contra. Cuando vi que él se equivocaba más yendo para adelante que para atrás supe que tenía la llave para encontrarlo. Para atrás sorprendía con esos golpes voleados y podía ser peligroso, incluso con la cabeza me ganaba de antemano. Pero preferí trabajar de contra y así lo encontré", aclaró.
Uno de los interrogantes que planteaba la velada era si Narváez conseguiría generar en el centro de la Ciudad de Buenos Aires la misma euforia que despertó en Chubut, y el público le respondió de la mejor manera.
Lleno total, entusiastas gritos acompañaron a lo largo del duelo a sus combinaciones ofensivas, fintas y visteos, seguidas por un nocaut brillante y una ovación acorde al mismo, lo encumbraron como uno de los deportistas más convocantes y representativos.
El primer argentino de la historia en ser reconocido como un súper campeón batió otro récord, al superar la marca de 17 peleas mundialistas que compartía con "Látigo" Coggi y Santos Laciar. ¿Lo que viene? "No hay rivales firmes, nadie invita a pelearme a su tierra seriamente. No podemos hablar de futuro exacto. Quiero seguir peleando, seguir defendiendo y si se viene una unificación, bien, y si viene otra categoría, bienvenido sea", concluyó.