NEUQUÉN (AN)- Hace tres años que Sebastián Cavallotti presenció el ataque a golpes que sufrió Javier Galar y todavía se siente afectado. "Me acuerdo que pensé: ´uy qué tremenda trompada le dieron´. Fue muy directa a la cara. La cabeza le azotó contra la pared y después? me asustó la manera que cayó".
La escena, según la describió ayer en la cuarta audiencia del juicio oral, fue extremadamente violenta. "Los varones del grupo le daban trompadas, patadas, y las chicas gritaban ´mátenlo a ese hijo de puta´. Recién cuando vieron que no se movía empezaron a decir ´pará, pará´. El chico nunca atinó ni a defenderse".
Cavallotti era el testigo más esperado del juicio por parte de la acusación, y no los defraudó. Con hablar sereno, firme, y a punto de quebrarse en algunos tramos del relato, señaló a tres de los cuatro imputados como autores de la paliza que le costó la vida a Galar.
En la primera fila del público Jorge Galar, padre de la víctima, escuchó su declaración con los ojos enrojecidos. Al término de la audiencia Miriam, hermana de Javier, se manifestó conforme con la marcha del juicio. "Sigo teniendo esperanzas de que los van a condenar por homicidio simple", dijo a "Río Negro" (ver aparte).
Los imputados son Nicolás Chambla, Leandro Serrano, Juan Díaz (los tres fueron señalados por Cavallotti en una rueda de reconocimiento) y Esteban Larrat. También está acusado de participar un menor de edad que ya fue juzgado en el fuero del Niño y el Adolescente.
La madrugada del 17 de junio de 2006 el taxista cumplía su trabajo por la zona céntrica. Iba por Yrigoyen y delante de él se desplazaba la Renault Partner de Chambla en la que viajaban los imputados y tres chicas.
Vio el roce de la Partner con tres jóvenes que cruzaban la calle (eran Galar con sus amigos Garré y Di Marco). El furgón siguió su camino y dobló en la diagonal 9 de Julio, mientras que los tres que iban a pie corrieron por Belgrano para interceptarlo.
Y así fue: volvieron a cruzarse en el semáforo. Los amigos de Javier encararon a la Partner, de la cual bajaron "cuatro o cinco varones y dos chicas", contó el testigo.
Cavallotti señaló que "he soñado con la cara que puso ese chico (por Garré) cuando vio todos los que había en la camioneta", algo que ni imaginaba cuando fue a increpar al conductor.
Garré y Di Marco corrieron, recibieron algunos golpes y se refugiaron en Eterno, un boliche que en esa época estaba a mitad de cuadra.
Pero Galar se quedó con las manos en los bolsillos, cerca de la esquina. Dijo el taxista en medio del impresionante silencio de la sala: "Una chica gritó ´aquel también estaba con ellos´. Se le acercaron todos, lo rodearon? él sacó una mano del bolsillo, no alcanzó a decir ´yo no estaba´ cuando le pegaron una trompada tremenda, muy directa a la cara. Azotó la cabeza contra la pared y cayó. Me asustó la manera que cayó. Y en el piso se movía sólo por las patadas que recibía".
Cavallotti reconoció a tres de los acusados en una rueda de personas. El defensor Gustavo Palmieri le hizo notar que en muchas ocasiones había utilizado términos como "me parece, supongo, calculo, creo que", y le preguntó qué tan cerca de la certeza estaba.
"Señor abogado, yo no tengo certeza. Yo vengo acá a colaborar, no quiero perjudicar ni beneficiar a nadie. Estoy en paz. No tengo certeza, pero los que me mostraron (en la rueda) se parecían mucho a los que vi pegando", respondió Cavallotti sin perder la calma.
Los otros testigos del día fueron una desmemoriada Roxana Díaz, hermana del imputado Juan Díaz, que no recordó casi nada; y María Lamilla, quien dijo que nunca leyó reflejado en los diarios lo que ella vio esa madrugada. Lo que sucede es que su relato no encaja casi por ningún lado con el del resto de los testigos.